Agencia Uno
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Lilian Vincent, directora del liceo Darío Salas, está suspendida de su cargo. Según dice, vive persecución en su contra por estar de acuerdo con la aplicación de la ley Aula Segura.

Yo pude erradicar la violencia de dos liceos emblemáticos en Santiago: el 2018 en el Liceo Barros Borgoño y el 2019, por Alta Dirección Pública, como directora en el Liceo Darío Salas”, dijo en entrevista con “La Mañana de Agricultura”.

“Pero esto tuvo un alto costo, y dentro de este costo hubo una campaña de desprestigio, de persecución, descarnada en mi contra. Finalmente, esto detonó que un grupo confabulado con la edil y algunas autoridades, y además un grupo de dirigentes del Colegio de Profesores comunal, realizaran una demanda en mi contra los dirigentes por supuestos malos tratos. Esta demanda terminó en un acuerdo donde se reconocía de manera explícita que no había malos tratos en mi contra. No obstante días después la alcaldesa me somete a un sumario por esta demanda que estaba resulta y me suspende“, relató.

En ese contexto, sostuvo que “por aplicar esta ley Aula Segura. Fui denunciada varias veces por la entonces concejala (Irací Hassler) en la subintendencia”.

Agregó que “estos grupos los protegían, los asesoraban jurídicamente y, finalmente, todas la denuncias salieron a mi favor, que habíamos aplicado bien los debidos procesos”.

“Esta persecución aumentó aún más cuando ella asume como alcaldesa”, señaló.

Vincent dice que “hay que entender que este tema de ley Aula Segura está ideologizado y las autoridades que hablan al respecto desconocen a la ley en sí misma” y que la medida es muy buena en los casos graves de violencia, porque permite suspender al alumno mientras se realiza un debido proceso. Y si este termina expulsado, l Ministerio de Educación y Defensoría de la Niñez apoya en la reinserción de este.

“También es importante para los rectores tener un respaldo. Vemos que este año la violencia se ha radicalizado, los directores no tienen un respaldo para aplicar la ley por parte del sostenedor”, criticó.

Su visión para solucionar estos casos es que “la erradicación de la violencia tiene que venir desde adentro, es decir, se tiene que empoderar, respaldar al director o rector para que finalmente tome las medidas necesarias, sancionar y, de manera paralela, elabore un plan de convivencia escolar de manera que pueda fortificar en conjunto erradicar la violencia”.

Otro punto que destacó es que “la violencia nunca se va erradicar en este tipo de liceo si nosotros primero no sacamos, dentro de los liceos, aquellos adultos que toman a los estudiantes para sus fines personales y políticos. No sacando esos adulto jamás vamos a poder tener una educación en paz”.

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