
El invierno trae consigo frío y bajas temperaturas, lo que obliga al cuerpo a generar más calor. Una buena alimentación puede ayudarte a mantener la temperatura corporal y reforzar el sistema inmune.
Sopas y caldos: reconfortantes y nutritivos
Las sopas y caldos calientes son ideales para los días fríos. Al prepararlos con verduras, legumbres y proteínas, aportan energía y una sensación inmediata de calor.
Legumbres: energía prolongada
Porotos, lentejas y garbanzos entregan proteínas y carbohidratos que se digieren lentamente, ayudando al cuerpo a conservar el calor por más tiempo.
Frutas cítricas: defensa contra el frío
Naranjas, mandarinas y kiwis aportan vitamina C, clave para prevenir resfriados y fortalecer el sistema inmune durante el invierno.
Frutos secos y semillas: calorías saludables
Almendras, nueces y semillas como la chía son ricas en grasas buenas, esenciales para mantener el cuerpo energizado y abrigado.