Halloween es sinónimo de dulces, pero también un riesgo para la salud bucal de los niños. Sin embargo, con algunos cuidados simples, es posible disfrutar sin afectar los dientes.
Consumir dulces con moderación y junto a las comidas principales ayuda a reducir el impacto del azúcar. Evita los caramelos pegajosos o que permanecen mucho tiempo en la boca, y prefiere chocolates simples.
Después de pedir dulces, el cepillado dental es clave. Los niños deben cepillarse bien antes de dormir, usando pasta con flúor e idealmente hilo dental.
También se recomienda repartir los dulces poco a poco durante los días siguientes, evitando el consumo libre.
Una visita al dentista tras Halloween puede prevenir futuros problemas y reforzar los buenos hábitos. Así, esta festividad puede celebrarse con alegría y sin caries.