El invierno no solo trae frío y días más cortos, también puede afectar seriamente la salud mental. Durante esta temporada, muchas personas experimentan una baja en el ánimo, falta de energía y alteraciones en el sueño, síntomas asociados a la depresión estacional.
La menor exposición a la luz solar reduce los niveles de serotonina, una hormona clave para el bienestar emocional. Esto puede provocar tristeza, irritabilidad y desmotivación, especialmente en quienes ya enfrentan problemas de salud mental.
El aislamiento social y la falta de actividad física durante los meses fríos también contribuyen al malestar. Por eso, es importante mantener rutinas, buscar espacios de luz natural, hacer ejercicio y mantenerse conectado con los demás.
Reconocer los efectos del invierno en el ánimo es clave para cuidar la salud mental. Si los síntomas persisten, lo mejor es acudir a un profesional.