El ejercicio físico no solo beneficia el cuerpo, sino también la salud mental. Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad mediante la liberación de endorfinas y la regulación del cortisol.
Además, mejora el estado de ánimo al incrementar la autoestima y generar una sensación de bienestar, combatiendo la tristeza y la falta de motivación.
El ejercicio aumenta la energía y fortalece la resiliencia mental, mejorando la claridad mental y la capacidad para afrontar desafíos diarios.
También favorece una mejor calidad del sueño, lo que contribuye a la recuperación emocional y reduce la fatiga.
Finalmente, al practicar ejercicio en grupo, se fomenta la socialización y el apoyo emocional, reduciendo la soledad y promoviendo un mayor bienestar.
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