Las crisis de pánico son episodios repentinos de ansiedad extrema, que se manifiestan con síntomas físicos como palpitaciones, dificultad para respirar, sudoración y sensación de pérdida de control.
Aunque suelen durar pocos minutos, su intensidad puede ser abrumadora.
¿Qué provoca una crisis de pánico?
Estas crisis pueden surgir por estrés acumulado, traumas, predisposición genética o como parte de un trastorno de pánico. A menudo aparecen sin aviso, lo que genera un miedo constante a que se repitan.
¿Cómo manejarlas?
Saber cómo controlarlas es clave para disminuir su impacto. Algunos consejos útiles son:
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Respira profundo y lento, enfócate en tu respiración.
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Recuerda que no estás en peligro real; los síntomas pasarán.
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Concéntrate en el entorno, anclándote al presente.
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Consulta a un profesional si los episodios se repiten.
