
Tras las vacaciones de invierno, muchos niños alteran su rutina de sueño, lo que dificulta el regreso a clases. Para ayudarlos a retomar horarios, es clave comenzar a ajustar los tiempos de dormir al menos tres días antes del fin de las vacaciones, adelantando 15 a 30 minutos la hora de acostarse cada noche.
Limitar el uso de pantallas una hora antes de dormir es fundamental, ya que la luz azul de celulares y tablets interfiere con la melatonina.
En su lugar, actividades relajantes como leer un cuento ayudan a que los niños se preparen para dormir.
Mantener un ambiente cómodo, con temperatura agradable y poca luz, facilita que los pequeños asocien su habitación con descanso. Además, establecer rutinas constantes para cenar, bañarse y acostarse ayuda a regular el sueño infantil.
Con paciencia y constancia, los niños recuperarán su rutina de sueño y estarán listos para enfrentar el regreso a clases con energía.