Este lunes 21 de abril, a las 07:35 horas, falleció el Papa Francisco en la residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano.
La noticia fue confirmada por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, quien destacó su legado pastoral y su compromiso con los más pobres y excluidos.
Con su muerte, se activa oficialmente el proceso conocido como Sede Vacante, en el que la Santa Sede queda sin Sumo Pontífice hasta que se elija uno nuevo.
Durante este periodo, tres figuras clave toman el control de las funciones organizativas del Vaticano, en un proceso que combina tradición, simbolismo y preparación.
¿Qué ocurre tras la muerte de un Papa?
Tras el fallecimiento del Papa, el camarlengo certifica su deceso mediante un rito solemne y simbólico, llamándolo por su nombre tres veces y golpeando suavemente su frente.
Una vez confirmado el deceso, se retira el anillo del Pescador del Papa y se destruye junto al sello papal para simbolizar el fin de su Pontificado.
Luego, se cierran sus aposentos y se colocan banderas negras en lo alto de la Basílica de San Pedro y en el campanario, mientras suenan las campanas en señal de duelo.
Se informa al cuerpo diplomático, a los jefes de Estado y a la Iglesia universal sobre la noticia, mientras se preparan los funerales y el futuro cónclave.
Durante este periodo, el Vaticano queda sin Papa y sin gobierno ordinario, por lo que solo tres cardenales mantienen funciones específicas y delimitadas.
Los cardenales que lideran la transición del Vaticano
El primero es Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. Él es quien comunica oficialmente la muerte del Papa a las autoridades eclesiásticas y políticas del mundo.
Además, organiza los funerales, convoca el Cónclave y preside la misa pro eligendo Pontifice, dando inicio al proceso para elegir al nuevo Sumo Pontífice.
Re también tiene el honor de colocar el anillo del pescador al nuevo Papa, durante la misa de inicio del Pontificado.
El segundo es el cardenal Kevin Farrell, actual camarlengo. Tras confirmar la muerte del Pontífice, asume funciones administrativas temporales del Vaticano, aunque sin poder de gobierno.
Farrell organiza las exequias, gestiona los bienes de la Santa Sede durante la Sede Vacante y supervisa el cierre simbólico del Pontificado anterior.
La tercera figura clave es Dominique Mamberti, cardenal protodiácono desde julio de 2024, encargado de anunciar al mundo la elección del nuevo Papa.
Desde el balcón central de San Pedro, será él quien pronuncie la tradicional frase “Habemus Papam”, informando al mundo que la Iglesia tiene nuevo guía.
Además, impone el palio al nuevo Pontífice y participa en ceremonias solemnes como la bendición Urbi et Orbi, transmitida mundialmente en Pascua y Navidad.
Estos tres cardenales sostienen la estructura vaticana durante el periodo de mayor fragilidad de la Iglesia, en espera de un nuevo Pastor.
