
En una extensa entrevista en La Mañana de Agricultura, Pablo Ivelic, ex encargado del equipo de reconstrucción tras el terremoto de 2010, compartió su visión sobre el actual proceso de reconstrucción en Valparaíso tras los devastadores incendios. En sus declaraciones, Ivelic destacó que “los procesos de reconstrucción tienen un plazo mayor a un año. Lo que uno esperaría ver a esta fecha no es el proceso de reconstrucción completado, sino un avance significativo”.
El experto comparó la situación actual con lo vivido tras el terremoto de 2010 y enfatizó que en ese entonces se estableció un plan integral desde el primer minuto, lo que permitió acelerar las soluciones. “Lo primero, tener un plan. Un plan integral. Y en el caso del terremoto del 2010 era aún más complejo, porque no solamente hubo daño en las viviendas, sino también en infraestructura educacional, en salud, en obras públicas y portuaria”, explicó. Según Ivelic, la falta de un liderazgo claro y de una estrategia estructurada es uno de los principales obstáculos actuales: “Muchas veces se cae en la tentación de generar agencias o delegados (…) Y todo esto tiene que estar coordinado por un comité de ministros, que es lo que se estila para este caso”.
La precariedad, uno de los mayores problemas
Uno de los puntos críticos que abordó fue la precariedad de los asentamientos afectados en los incendios recientes, lo que complica aún más la reconstrucción. “Aquí efectivamente hubo cerca de 4.000 viviendas afectadas, pero la mitad eran campamentos. Si la ayuda no llega rápido, la gente lo resuelve inmediatamente de manera particular, y el campamento vuelve a asentarse en la misma zona de riesgo” advirtió Ivelic. Según su experiencia, la clave para evitar este problema es la movilización rápida de las familias hacia sectores seguros, algo que considera que “ya no se hizo y tampoco se podrá hacer”.
Finalmente, el especialista recalcó la importancia de la transparencia y la comunicación en estos procesos. Criticó la falta de informes periódicos sobre los avances, señalando que “lo esperable en un proceso de estas características es que existan informes de avance con regularidad. Esto es fundamental tanto para la transparencia como para generar un círculo virtuoso de esperanza en las familias damnificadas”.
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