Para el ex ministro de Desarrollo Social Sebastián Sichel era “esencial” registrar las reuniones entre las autoridades del Gobierno y el expolítico y lobbista Pablo Zalaquett, ocurridas en su vivienda particular.
“Como ministro yo registraba hasta cuando me visitaban los amigos del colegio. Creo que no se peca en nada registrar todas las reuniones que se tiene como autoridad pública por generar transparencia a los ciudadanos”, dijo el también ex presidente del Banco Estado en entrevista con “La Mañana de Agricultura”.
Asimismo, Sichel opinó sobre las declaraciones que han dado los ministros para justificar su asistencia a este tipo de citas.
“Las explicaciones, sobre todo del ministro Grau, han sido bien patéticas. Voy a ser bien directo en esto. Finalmente, la obligación de registrar con quién uno se reúne cuando se es autoridad pública es una obligación que va mucho más allá de los mínimos o máximos que fija la ley, porque es una forma de darle trasparencia a la agenda completa para que los chilenos sepan cuando se está pagado por los fondos públicos ejerciendo un rol público. Cualquier excusa no solo es una tontera en el sentido institucional, sino que, además, mina la credibilidad”, señaló.
Además, lo que dice Grau es muy “raro”, según el ex ministro. “Él dice ‘si hubiera sabido quiénes iban, no voy’. Yo digo, perdón, yo como ministro no habría ido nunca en mi vida a ninguna reunión si no supera quiénes eran los participantes y cuál era el tema a discutir, cuál era la agenda y cómo se iba a registrar, y cuál iba a ser la transparencia de la reunión”, añadió a su crítica.
“Soy feliz que el mundo empresarial y el mundo público se junte y logremos sacar reformas fundamentales para los chilenos. El punto, y aquí una analogía, es que el asado lo debió haber hecho un empresario o el ministro, y no un intermediario qu, no sabemos, pero probablemente recibe financiamiento por eso“, cuestionó Sichel.
En esa línea, dijo que por el exalcalde “yo le tengo respeto”, pero “creo que él no tenía que estar en esa fiesta. Él no jugaba ningún rol en esta institucionalidad. Me parece patético que en el siglo XXI, ministros y empresarios necesiten intermediarios para juntarse”.