olfato
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La laringectomía total es un proceso quirúrgico en el cual se extrae toda la laringe,
mayoritariamente se realiza en pacientes con cáncer a dicho órgano. Es una condición
altamente incapacitante, pues altera todas las funciones de la laringe, siendo la pérdida de
la voz la consecuencia más evidente tras la operación.

Sin embargo, otra secuela igual de importante y no estudiada debidamente es la pérdida
parcial o completa del olfato (anosmia e hiposmia, respectivamente), al interrumpirse el
paso de aire por las vías aéreas superiores.

Ante esta situación, un grupo de académicos de la Universidad Andrés Bello, la Universidad
de Chile y el Hospital Barros Luco Trudeau atendieron a la necesidad de una rehabilitación
integral, abarcando todas las funciones que se pierden tras este procedimiento.

Los autores del estudio señalaron que al analizar la literatura actual destaca el gran número de estudios enfocados a la rehabilitación de la voz, existiendo un limitado número de trabajos que aborden la rehabilitación del olfato en los pacientes laringectomizados. Es
más, “en Chile no existe ninguna experiencia en este sentido”, recalcan.

“La pérdida del olfato lleva asociada alteraciones del sentido del gusto y expone al paciente
a situaciones de riesgo, al ser incapaz de detectar olor a humo, un escape de gas o comida
en mal estado, además de crear inseguridad y mayor frustración al no poder percibir el olo
corporal frente a situaciones sociales”, justifican en su estudio.

Recobrando el olfato y gusto

La investigación demostró que la técnica denominada “maniobra de inducción del flujo
aéreo nasal” (MIFAN), también conocida como “técnica del bostezo educado”, rehabilita la
capacidad olfatoria en pacientes que se han sometido a una laringectomía total por cáncer de laringe.

La maniobra consiste en bostezar con la boca cerrada. Al hacer esto, el aire entra por la
nariz y puede progresivamente recuperar el sentido del olfato.

Sebastián Sánchez, coautor del estudio y académico de la Escuela de Fonoaudiología UNAB, señala que evidenciar la efectividad de esta maniobra “abre una posibilidad de entregar una mejor calidad de vida a estos usuarios, pues se abordan aspectos poco conocidos de las secuelas de este procedimiento”.

“Antiguamente (la pérdida del olfato) no era algo que se consideraba, netamente porque no
era algo de riesgo vital, sin embargo, al trabajar desde la perspectiva de mejorar la calidad
de vida, cada vez estamos abarcando más necesidades, que a pesar de no ser urgente,
tienen una gran importancia en el día a día de nuestros usuarios” agrega.

El académico señala que otro factor importante que reportaron los pacientes era desde el
punto de vista emocional, donde la pérdida del olfato impedía la evocación de recuerdos
asociados a diferentes aromas o en sus propias relaciones de pareja.

Para la investigación los académicos se basaron en experiencias europeas, donde se
determinó que la estrategia era sencilla de aplicar y permitía generar un flujo áereo a través
de la cavidad nasal, “además, los principios básicos de la ejecución de dicha técnica, es muy similar a estrategias de rehabilitación que utilizamos los fonoaudiólogos en otras áreas de la disciplina, como voz y deglución” añade Sánchez.

El estudio cuasi experimental se llevó a cabo en doce pacientes laringectomizados por
cáncer de laringe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Barros Luco Trudeau
(HBLT) de Santiago de Chile
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