Las ciudades de Chile enfrentan un problema estructural de segregación urbana, caracterizado por grandes distancias entre los centros urbanos y las periferias.
Esta realidad, según un estudio, limita el acceso equitativo de la población a servicios esenciales como el comercio, la educación y el empleo, creando una dependencia del automóvil que genera congestión y contaminación.
La tendencia de la “ciudad de los 15 minutos”, un modelo que promueve la proximidad peatonal y la autosuficiencia en los barrios, surge como una alternativa necesaria en el diseño urbano, pero aún presenta desafíos de implementación en el contexto chileno.
El diseño urbano chileno se ha centrado históricamente en la expansión de viviendas hacia las periferias, impulsando el uso del automóvil como medio principal de transporte en búsqueda de entornos más tranquilos, alejados de los centros urbanos o económicos y privilegiando la adaptación a terrenos para, por ejemplo, adquirir viviendas prefabricadas o parcelar espacios.
Este modelo ha provocado altos niveles de desconexión y segregación, un fenómeno que no solo afecta a Santiago, sino también a otras ciudades del país. El reciente informe de actividad inmobiliaria de la Universidad San Sebastián confirma esta realidad, destacando que la urbanización en Chile continúa priorizando el crecimiento de estacionamientos privados y áreas residenciales alejadas de los servicios, en lugar de potenciar la proximidad al transporte público y a los centros urbanos.
La “ciudad de los 15 minutos” como alternativa para una urbanización inclusiva
La expansión urbana sin planificación adecuada ha dado lugar a ciudades extensas y fragmentadas, donde las oportunidades y servicios se concentran en zonas céntricas, mientras que las áreas periféricas carecen de infraestructura y servicios básicos.
Esto se traduce en una baja calidad de vida para quienes viven en los extremos de las ciudades y en una dependencia casi obligatoria del automóvil, lo que incrementa los problemas de contaminación y congestión vial.
El concepto de la “ciudad de los 15 minutos” propone barrios en los que las personas puedan satisfacer todas sus necesidades cotidianas a pie, en bicicleta o en transporte público, reduciendo la necesidad de desplazarse grandes distancias. Este enfoque, impulsado en ciudades como París y otras urbes europeas, busca crear espacios donde el acceso a servicios sea equitativo y sostenible, promoviendo una vida de barrio con comercio local, centros educativos y zonas verdes a corta distancia.