A la hora de buscar soluciones para tener agua caliente en casa, muchas personas dudan entre instalar un calefont o una caldera.
Aunque ambos equipos cumplen con el objetivo de entregar agua caliente sanitaria, no son lo mismo, y entender sus diferencias es clave para tomar una buena decisión, según las necesidades del hogar y el tipo de calefacción que se desea.
Por ejemplo, un calefont 10 litros es una excelente opción para quienes necesitan agua caliente en forma instantánea y sin ocupar demasiado espacio.
Su funcionamiento es simple: se activa cuando se abre una llave de agua caliente, encendiendo un quemador a gas que calienta el agua al paso. Son ideales para hogares pequeños o de uso más puntual.
En cambio, la caldera es un sistema más completo. No solo entrega agua caliente sanitaria, sino que también puede alimentar sistemas de calefacción central, como radiadores o losa radiante. A diferencia del calefont, una caldera mantiene una reserva de agua caliente constante y funciona de manera más eficiente para espacios grandes o familias numerosas.
Otra gran diferencia entre ambos equipos es el consumo energético. El calefont, especialmente los modelos de bajo litraje, como el de 10 litros, consume menos gas en comparación a una caldera, lo que puede traducirse en un ahorro mensual si su uso es moderado.
Sin embargo, si el requerimiento de agua caliente es elevado o simultáneo en varios puntos de la casa, una caldera puede rendir mucho mejor.
Instalación, mantenimiento y precio: otros factores clave al elegir
El tipo de instalación también varía. El calefont suele ser más sencillo y económico de instalar, mientras que la caldera requiere una instalación más compleja y muchas veces debe ser ejecutada por un técnico certificado.
Además, necesita un espacio específico, ya que incluye más componentes como estanques de expansión, bombas o termostatos.
En términos de mantenimiento, el calefont necesita limpieza periódica, especialmente en el quemador y ductos de evacuación. Por su parte, la caldera, al ser más compleja, debe ser revisada anualmente para asegurar un funcionamiento óptimo y seguro. Ambas opciones requieren ventilación adecuada para evitar acumulación de gases y deben cumplir con normativas de seguridad.
Respecto al precio, los calefont —en particular modelos como el calefont 10 litros— son más accesibles y representan una solución práctica para departamentos o casas pequeñas. Las calderas, en cambio, tienen un costo más alto, pero ofrecen un sistema integral de calefacción que puede ser más rentable a largo plazo si se considera la climatización total del hogar.
La elección entre uno de estos dos aparatos depende principalmente del tamaño de la vivienda, la cantidad de personas que viven en ella y el tipo de uso que se le dará al sistema de agua caliente.
Si solo se busca calentar agua para la ducha y el lavaplatos, un calefont basta. Pero si se quiere combinar con calefacción, la caldera es una alternativa más robusta.
Antes de decidir, es recomendable asesorarse con un profesional y evaluar las condiciones del inmueble. Así se puede invertir en una solución que no solo sea eficiente, sino también segura y duradera.
