
Si el Comité Olímpico Internacional es tan reticente a la idea de aplazar los Juegos de Tokio-2020 es porque llevarlo a cabo representa “un complejo rompecabezas”, explica en una entrevista con la AFP el exresponsable de marketing del COI Michael Payne.
Este británico, que estuvo casi 20 años en ese cargo, transformó las finanzas y la imagen del COI, abriendo la puerta a los patrocinadores antes de pasar a hacer un trabajo similar para la Fórmula 1, entonces bajo la dirección de Bernie Ecclestone.
Payne subraya que el COI tiene poder para anular por completo unos Juegos Olímpicos, pero incluso ante la grave propagación del nuevo coronavirus, esta opción nunca estuvo sobre la mesa.
En su opinión, su presidente, el alemán Thomas Bach, se vio demasiado afectado cuando como campeón de esgrima se perdió los Juegos de Moscú de 1980 por el boicot de los países occidentales en protesta contra la invasión soviética de Afganistán, por lo que le cuesta tomar una decisión tan radical.
Por eso se prioriza ya desde hace tiempo la opción de un aplazamiento.
“Es un complejo rompecabezas hacer un cambio repentino tras siete años de preparación para el mayor evento deportivo del mundo”, dice Payne en una entrevista telefónica con la AFP.
“El COI ha estado buscando con creciente urgencia un plan B” y como “cancelar los Juegos no es una opción, para posponerlos necesitan el acuerdo de su socio” japonés, señala.
Pero hasta hace poco “los japoneses mantenían la esperanza de que todavía fuese posible celebrar los Juegos en julio”. Para Tokio, un aplazamiento implicaría “pérdida de prestigio y capital político para (el primer ministro Shinzo) Abe, ya que este es su proyecto”.
AFP