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El ex presidente de la Comisión de Árbitros, Javier Castrilli, asistió este martes a la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados para referirse a la situación en la que se encuentra el referato nacional.

“Me encontré con un grupo de personas que a través del tiempo se enquistó en el poder arbitral y manejaba practicando la cultura del nepotismo y las relaciones a través de su cultura del amiguismo, del club de amigos, donde no solo se beneficiaba a quienes ellos querían, sino también se perjudicaba, según el testimonio de muchos de los que fueron desplazados, injustamente a personas que tenían condiciones”, señaló el Sheriff.

“Ese poder arbitral, con características de una asociación, corporación, se fue enquistando y enraizando, también en el aparato de contralor, comandado por uno de los apellidos ilustres que componían esa característica de nepotismo, influenciando con su ascendendencia sobre el resto el análisis de las actuaciones arbitrales”, añadió.

Castrilli, además, detalló todas las dificultades que debió enfrentar cuando asumió la presidencia de la Comisión de Arbitraje nacional. “Las autoridades deben tener claro cuál es el rumbo. Cuando no lo tiene, la coyuntura los absorbe y terminan realizando el opuesto, para luego buscar el discurso que lo justifique. Siempre tuve el objetivo claro y los riesgo que corría. Riesgos que asumí, de los que soy consciente, a pesar del escarnio público, del oprobio, de las injurias y las calumnias. Sabía el terreno en que estaba incursionando y lo acepté. Hay un fin superior, que es el saneamiento del arbitraje, que abracé a los 17 años y hasta mi último suspiro. No me arrepiento de nada, porque persigo la justicia. Lo hice en mi carrera y en estos seis meses. El que tiene claro cuál es el objetivo, también debe tener claro el camino que deben seguir aquellos que conduce. Por eso siempre les exigiré la firmeza y convicciones que les permitan estar al margen de cualquier tipo de miseria humana”, lanzó.

“Nadie puede negar que esas condiciones no están dadas en el arbitraje chileno. Para su conocimiento, cuando llegué la propia FIFA estaba realizado un curso para todos los árbitros. ¿Sabe cuál fue la conclusión? Que el 50 por ciento de los árbitros no podían entender ni leer bien las faltas. Ese es el cuadro de situación y la herencia que tuve cuando asumí. Ese fue el disparador para que me vinieran a ofrecer el cargo”, agregó.

Por último, se refirió a su salida de la ANFP y emplazó al presidente del ente rector del fútbol chileno, Pablo Milad. “A mí me echaron y los 14 despedidos siguen; la respuesta la tiene que dar él”, cerró.

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