Román Abramovich está en problemas. El Gobierno Británico decidió congelar todos los activos del empresario ruso y dueño del Chelsea, debido a la “estrecha relación” con el gobierno de Putin, que ha mantenido “durante décadas”. Esta situación dejó detenida la venta del cuadro londinense, la cual se había anunciado por Abramovich tras renunciar al control del club.
Además del bloqueo total de sus activos, Abramovich también tienen prohibido su ingreso al Reino Unido. Asimismo, no podrá hacer ningún tipo de negocio en suelo inglés.
Consecuencias directas para el Chelsea
Esta situación dejó en jaque al Chelsea, ya que los londinense no podrán vender entradas para sus aficionados en los partidos como local, dejando solo la posibilidad de ingreso al estadio a quienes se hayan abonado. Mientras que en los partidos de visita los aficionados Blues tienen prohibido el ingreso.
Por otro lado, las sanciones del ruso generan que el cuadro londinense tenga que anular todos los contratos nuevos, además de que la venta de ropa del club queda paralizada, al igual que los traspasos de jugadores.
Pese a todas estas restricciones, el Chelsea obtendrá una licencia especial para poder seguir compitiendo en la Premier League y Champions, aunque sin ningún beneficio para Abramovich.
La secretaria de Cultura del gobierno inglés, Nadine Dorries, ha dicho que “los aficionados del Chelsea se verán ‘obviamente’ afectados, pero aseguro que los partidos y la entrada al campo están a salvo”. Además, añadió que “los clubes de fútbol son activos culturales y la base de nuestras comunidades. Nos comprometemos a protegerlos”.