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tomate naomiLa gerenta de Estudios de la SNA destacó que este sistema, que define sus contenidos según los requerimientos de las empresas, ha tenido muy buenos resultados y un alto impacto en la productividad de los trabajadores y en el valor agregado de la empresa.

Desarrollar nuevos modelos de capacitación para la agricultura, inspirándose en la experiencia de Nueva Zelanda. Ese ha sido el foco de un programa de cooperación entre Chile y ese país, en cuyo contexto ya se desarrollaron dos proyectos pilotos, uno de éstos orientado a la fruticultura. Sus resultados y desafíos fueron analizados en un seminario realizado en esta ciudad.

El director nacional del Sence, Pedro Goic, destacó que en los pilotos se trabajó para transferir conocimientos técnicos, pero también el manejo del capital humano, con un enfoque de “aprender haciendo”.

Tras relevar que Nueva Zelanda es una potencia agroalimentaria, indicó que “estamos aprendiendo de la experiencia de otros países con características similares a las nuestras, tanto geográficas como productivas”.

Ema Budinich, gerenta de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), mencionó que el programa consideró uno de trabajo en lechería (en las regiones de Los Lagos y Los Ríos) y otro orientado a la fruticultura, en el cual participó Agrícola Dosal de Curicó, junto a productores de San Felipe y Mostazal, de las regiones de Valparaíso y O’Higgins, respectivamente.

La economista destacó que el sistema neozelandés “ha tenido muy buenos resultados y un alto impacto en la productividad de los trabajadores y en el valor agregado de la empresa. Una de sus claves es definir los contenidos de la capacitación, según los requerimientos de las empresas”.

Criticó que en Chile tenemos formas de hacer las cosas que no tienen impacto. “Nadie pregunta cuánto aprendió el participante, si esto aplica en su trabajo y cuánto de su desempeño, una vez capacitado, impactó en su productividad laboral”, comentó Budinich.

Junto con recodar que el sector agrícola tiene la fuerza laboral con menor capacitación, que pertenece a los segmentos de hogares más pobres, la gerenta de la SNA resaltó que la agricultura chilena compite con aquellas del resto del mundo, pero no puede ser competitiva “si no hacemos bien las cosas, y cada vez mejor. En ese desafío, el rol de los trabajadores es fundamental, en orden a que realicen sus labores de la manera más productiva posible, porque eso irá en beneficio directo de sus remuneraciones. Además, es un incentivo para los productores”.

PROGRAMA

Juan Luis Toledo es gerente de Desarrollo de Negocios de ASL, subsidiaria de Primary ITO, la compañía que hace la capacitación en el sector agrícola de Nueva Zelanda, está a cargo del convenio de cuatro años firmado en 2013. “Este modelo funciona muy bien allá, y en la adaptación hemos visto que se han logrado muy buenos resultados, aunque todavía falta por hacer”, consignó.

Comentó que de acuerdo a una evaluación de seguimiento de quienes se capacitaron el año pasado,  “reconocen sus competencias y se sienten empoderados en su trabajo y aumenta la productividad. Además, se genera una buena comunicación en los equipos de trabajo”.

El encargado adelantó que a partir de los resultados de las encuestas finales del proceso 2015 “vamos a ver qué tanta información hay en el sector frutícola,”. Agregó que, de acuerdo a esos antecedentes, esperan este año “cuantificar, por cada peso que se invierte en capacitación, cuántos pesos más ingresan a la compañía frutícola”.

PILOTO

Fernando Daza, gerente de Gestión y Personas de Agrícola Dosal, que produce manzanas, kiwis y cerezas, valoró la participación en este piloto, que se extendió por más de seis meses.

Subrayó que “más que medir producción, tenemos que saber cómo se sienten las personas en la compañía. Cuando alguien se siente considerado, y que la empresa le está entregando herramientas para su desarrollo personal, cambia absolutamente su disposición y su desempeño. Queremos evaluar un clima apropiado, en el que la gente trabaje con alegría, porque eso se traduce en mayor producción por sí solo”.

Daza relató que “en los focus group a nivel de empleadores, determinamos que el cargo de jefe de cuadrilla era el más significativo y estratégico en la gestión agrícola. Nos focalizamos para definir el perfil de esta función, y ver las brechas y las competencias que requieren ser complementadas”.

Agregó que los participantes destacan que “en el tiempo de oficio han aprendido a ser jefes de cuadrilla, pero ahora entienden mucho más su labor, qué depende de dirigir bien al personal o por qué tienen que transmitir bien las instrucciones del agrónomo en las faenas de poda, cosecha y raleo”.

Réplica

Pedro Goic comentó este año “vamos a expandir este piloto a nuevas empresas y en las mismas tres regiones esperamos llegar a cerca de 170 trabajadores, implementando mejoras que hemos observado en las experiencias anteriores y, de ahí, ir escalando esto a los programas más tradicionales del Sence”.

Una de estas iniciativas se desarrollará en la empresa Nice Blue de Linares, exportadora de arándanos que trabaja con productores de Yerbas Buenas, Colbún, Longaví, Parral y Cauquenes.

Su director, Carlos Abujatum, comentó que “la idea es empezar en unos días más en la poda (a fines de junio) hasta la cosecha, pasando por las distintas labores en las que se implementará el nuevo sistema neozelandés”.

Fuente: Diario El Centro

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