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El 14 de diciembre de 2021 se lanzó oficialmente ReSimple, nombre del primer Gran Sistema de Gestión Colectivo (GRANSIC) para envases y embalajes, el cual se encuentra en conformación y a la espera de que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) apruebe su funcionamiento en el marco de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje, conocida como Ley REP.

ReSimple tiene como objetivo organizar y financiar la recolección, transporte y reciclaje de los envases y embalajes que las empresas ponen en el mercado, una vez que éstos terminan su vida útil. Su conformación se inicia con la agrupación de 25 grandes empresas de rubros como alimentos, bebidas analcohólicas y alcohólicas, viñas, aseo para el hogar, tabacos, supermercados, tiendas por departamento y cosméticos. En conjunto, reúnen a más del 30% del volumen de envases que se ponen cada año en el mercado.

Nathalia Silva, gerenta técnico de ReSimple se refirió a los desafíos que conlleva la puesta en marcha del primer GRANSIC en conformación que operará en Chile, en un trabajo que iniciaron en 2018 y que en esta etapa ya suma a más de 150 empresas que están en “Modo REP”, que es cómo denominan a las organizaciones que no son socias, pero que se están preparando para cumplir con la normativa vigente.

Han sumado varias empresas en la puesta en marcha de ReSimple, ¿cuál ha sido el aprendizaje de este proceso?

Es un trabajo dinámico que requiere contactar y comunicar a un gran número de empresas, sobre el alcance y obligaciones de la Ley REP. En Chile hay un potencial de 14.500 empresas afectas a lo que mandata esta ley, muchas de las cuales, en la práctica, aún desconocen cuáles son sus obligaciones. En esa línea, las estamos apoyando para desarrollar la construcción de la línea base, que es la columna vertebral de cómo se va a articular la normativa. Por ejemplo, las empresas deben tener muy claro la cantidad de kilos y el tipo de materiales que introducen al mercado, pero esa primera etapa que pareciera ser sencilla, no lo es tanto, ya que hay que categorizar de acuerdo a las categorías de cumplimiento de metas. Para ello, es necesario desarrollar un ejercicio trazable y que pueda también ser comparable transversalmente entre todos los rubros que están afectos a la normativa.

Se trata del primer GRANSIC que funcionará en el país, ¿cuáles son las características diferenciadoras de ReSimple?

La características diferenciadoras son el desarrollar un esquema de acuerdo con lo que exige la ley y que sea de costo eficiente. Nuestro modelo buscará implementar la modalidad más simple, para lograr que el reciclaje sea tan simple como hoy lo es tirar los envases a la basura, y para eso, contaremos con un sello que nos permitirá educar de manera simple a la ciudadanía, al indicarnos qué envase debe ser depositado en el contenedor de recuperables y cuál no.

Respecto a la industria alimentaria, ¿cuáles son los mayores desafíos que tienen las empresas para poder cumplir las metas que se plantean con la Ley REP?

El sector de alimentos representa uno de los desafíos más grandes, porque para que este modelo funcione necesitamos lograr la valorización de los residuos, por tanto, se requiere el desarrollo de tecnologías que lo permitan y, por otro lado, hay que generar demanda de material reciclado. Esa demanda debe provenir de los mismos productores que introducen esos envases para apuntar al cumplimiento de las metas a largo plazo. El desafío está justamente en la industria de alimentos, que es la más representativa en nuestro país y sobre la cual no existe aún un marco legal para incorporar estos materiales reciclados, y que asegure el no generar impacto al estar en contacto directo con los alimentos.

Vamos a tener diferentes escalones por los que iremos transitando hasta llegar a cumplir con ese reto. Los primeros años vamos a cumplir metas con los envases que hoy conocemos son viables de ser reciclados y que tienen demanda y, por tanto, poseen una alta circularidad. Luego, debemos romper esa tendencia y hacer que se sumen más envases al flujo de los recuperables y propiciar demandas de material reciclado, particularmente, con materiales que están en contacto directo con alimentos, que es el desafío más grande que vamos a tener.

¿De qué tipo de envases se está hablando?

Se va a reciclar lo que hoy ya tiene el mercado, es decir, botellas de bebidas, latas de aluminio, cartón para bebidas, que es lo que normalmente recibe un punto limpio, y que son aquellos envases que nos ayudarán a cumplir las metas de los primeros años. Cuando esas metas crezcan, necesitaremos ir generando un mercado para otros materiales y ahí es donde está puesto el gran incentivo de la ley: hacer que este mercado del reciclaje crezca.

Este cambio abre oportunidades para la Investigación y Desarrollo en Chile, ¿en qué áreas es importante promover la I+D?

El área para desarrollar aquí, concretamente, es el packaging. Hay que buscar cómo generamos la incorporación de material reciclado en los envases y que sea una solución para la industria alimentaria. El ecodiseño es la clave en este ejercicio: cómo lograr efectivamente que esos empaques no pierdan su funcionalidad de proteger a los alimentos, pero bajando también el impacto que generan. La innovación está enfocada en cómo generar empaques que sean más sustentables, no pensando en empaques que sean compostables, porque hoy la compostabilidad no es parte del ejercicio de la Ley REP, que hoy solo permite el cumplimiento de las metas a través del reciclaje mecánico, por lo tanto, la solución no va por el lado de los envases compostables, sino que ésta apunta a los envases que se puedan reciclar. Entonces el desing for recycling, en donde el productor diseñe pensando en cómo su envase va a ser reciclado, es la clave en términos de generar innovación y buscar soluciones. Es parte de los pilares que sostendrán la manera en que se articula esta nueva forma de mirar la venta de producto.

¿Qué referentes en el mundo usaron como inspiración para desarrollar ReSimple?

La ley toma como ejemplo la normativa de España, y luego el decreto de metas, que es el que fija las obligaciones, se inspira bastante más al reglamento de Bélgica, que tiene las mismas categorías que tendremos en Chile. En nuestro caso, lo que hicimos fue ir a buscar experiencias en todas las alternativas de modelos REP que hoy están funcionando, pudimos caracterizarlos, entender cuáles son los formatos que muestran mayor eficiencia, mejores costos de operación y que logran tasas más altas de valorización. Eso, lo tradujimos en la propuesta que ejecutará ReSimple, capturando todas las buenas prácticas, tratando de no cometer errores que, previamente, han ocurrido en el resto del mundo.

¿Qué invitación hace ReSimple a las empresas?

La invitación es a formar parte de Resimple, GRANSIC en conformación, para cambiar el formato de cómo hoy día el ciudadano y ciudadana están visualizando el reciclaje. Necesitamos empujar un cambio cultural de la ciudadanía y, sin duda, requerimos también de la participación del mayor número de empresas para lograr un modelo costo eficiente. La manera de lograrlo es tener muchos kilos dentro de este GRANSIC, por lo tanto, mientras más empresas lo financien, hacemos que las tarifas sean más bajas para todos, ya que de esta manera se diluyen los costos entre los productores que conforman ReSimple. Aquí la colaboración, la escalabilidad, es la clave para la ejecución del modelo. El llamado es a que todas las empresas, de todos los tamaños, se acerquen a ReSimple para trabajar juntos y poder acompañarlos en todo lo que deben entender respecto de cómo vamos a aplicar el modelo de cumplimiento de las obligaciones y metas que mandata la Ley Rep.

Conoce más información en https://www.resimple.cl/

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