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Aurelio Montes, presidente de Wines of Chile y embajador vitivinícola en el mundo, fue nominado como el mejor personaje de la marca Chile por la Fundación Imagen de Chile. Aquí habla de China y de cómo el chileno es cada vez menos rústico a la hora de identificar vinos.

El vino chileno ha logrado posicionarse internacionalmente.

‘Somos los primeros exportadores del nuevo mundo (Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Estados Unidos y Sudáfrica). Y somos los 4° a nivel mundial, detrás de España, Italia, y Francia’, revela Aurelio Montes, fundador y socio principal de Viña Montes, y presidente de la asociación Wines of Chile.

Montes es una de las cinco personalidades nominadas al Premio Espíritu Imagen de Chile, que otorga la Fundación Imagen de Chile, la que trabaja haciendo del país una marca reconocible en el resto del mundo. –

¿Qué hay del consumo por parte de los chinos?

-China ha sido la gran revelación. No tenían una gran cultura de vinos. Luego de que firmamos el tratado de libre comercio con ellos, se abrió el interés. Hoy China es el destino número uno de los vinos de Chile, con un precio promedio tremendamente respetable.

Estamos en 35 dólares cuando el promedio global es sólo de 29 dólares. Y ya hay enólogos extranjeros que han ido a explorar las condiciones para producir vinos de calidad. Los chinos también tienen curiosidad sobre lo que pasa en Chile con el vino.

Según un sondeo internacional encargado por Imagen de Chile a la consultora internacional Ipsos, en Shanghai un 67% de los encuestados declara que le gustaría visitar Chile en el corto o largo plazo. El promedio general es de 42% (Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Costa Rica).

-¿Qué falta para mejorar la imagen del vino chileno?

-Una identidad. Se puede sacar provecho a la gastronomía. El vino italiano está bien soportado por la gastronomía italiana. Los peruanos con su gastronomía, aunque sin vinos. Los mexicanos también tienen una identidad propia en gastronomía.

Si prosperara la gastronomía chilena, y tuviéramos restaurantes en Londres y otras capitales, sería una muestra de las gracias de Chile. Nuestra gastronomía es muy buena, pero nos ha faltado tener personajes a través de las cuales se destaque.

Cultura del vino

Uno de los buenos vehículos para exportar vinos de calidad es que el país de origen tenga una cierta cultura del vino, como ocurre con los franceses. Eso suma.

Montes comenta: ‘Yo partí como enólogo en 1972. Me tocó al principio ver gente orgullosa de su vino, pero sin mucha cultura del vino. En esa época se tomaba blanco y tinto, así a secas. Luego, cuando abordamos los mercados internacionales, nos vimos obligados a sofisticar mucho la industria chilena. Ahí la gente empezó a entender que había cepajes: el cabernet sauvignon y el merlot, el chardonnay y el sauvignon blanc. Esta fue una primera y tímida etapa’.

‘Luego’, agrega Montes, ‘vino otra etapa en que la gente empezó a distinguir las zonas geográficas. Hoy la gente ya sabe de los blancos de Casablanca, de Leyda, Paredones; de los cabernet sauvignon del Maipo o Colchagua’.

Y lo que sucede hoy es alentador, añade: ‘La gente joven tiene curiosidad. Y cuando prueban un buen vino cinsault, uva país o moscatel, lo llevan a un festejo con amigos y dicen ‘mira lo que encontré’’.

Fuente: LUN

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