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El control biológico de plagas es un sistema que se basa fundamentalmente en el empleo de enemigos naturales de las especies a controlar, que en este caso son aves rapaces rehabilitadas y adiestradas mediante técnicas de acondicionamiento positivo.

Gonzalo Santibáñez Muñoz, Gerente general de Horus Control, cuenta que desde que tenía 10 años comenzó su relación con las aves, primero lo tomó como un hobbie, luego aprendió a adiestrarlas y cazar con ellas.

“En el año 2004, forme un criadero de rapaces, y ahí me di cuenta que el tiempo que requerían las aves era bastante, por lo cual no podía tener un trabajo normal, y decidí trabajar con las aves, de tal manera de poder compatibilizar el tiempo que ellas requerían con una actividad que me permitiera subsistir”, explica Gonzalo.

Para Gonzalo poder trabajar con estas aves es un sueño hecho realidad, “poder vivir de algo que te apasiona, ayudar a la fauna silvestre a rehabilitarse y también enseñar a las nuevas generaciones sobre la importancia de conservar a las aves rapaces… es algo que no muchos pueden lograr”, cuenta emocionado.

En Horus son amantes de la cetrería que, utilizando aves rehabilitadas, controlan plagas de forma permanente en áreas agrícolas e industriales. Actualmente, cuentan con 60 aves, entre ellas: peucos, águilas, chunchos, lechuzas, halcones y cernícalos.

¿Cómo funciona? 

Horus Control, realiza visitas periódicas en los campos Agrícolas, en las zonas de mayor incidencia de daño ocasionado por las aves que habitan en el sector. Comienzan el control antes de que la fruta ya sea atractiva para su consumo, con esto logran anticiparse a los futuros daños.

Es un método disuasivo ya que con su sola presencia se genera un ambiente de peligro para las aves dañinas, las que con el tiempo van abandonando los cultivos buscando lugares más seguros para ellas. Además, es permanente mientras se aplica ya que no genera acostumbramiento de las plagas como los métodos tradicionales de control, ya sean cañones a gas, sonidos de aves depredadoras, espantapájaros, etc.

También realizan control de aves en zonas industriales como puertos marítimos donde existen problemas de gaviotas y jotes, en salmoneras y en cualquier empresa que tenga problemas con algún tipo de ave, ya sea considerada plaga o especie protegida.

“En nuestros comienzos debimos ganarnos la confianza de los clientes, porque era una forma poco conocida de erradicar plagas. Ellos experimentaron que todos los otros métodos no eran efectivos y que la solución se encontraba en la misma naturaleza. Actualmente, controlamos plagas de palomas, gorriones, gaviotas, zorzal, chincol, loica y loro tricahue”, añade el emprendedor.  

Como proyección espera poder triplicar la cantidad de clientes y seguir realizando las charlas de educación ambiental en los colegios que es una actividad que les encanta, porque ayuda a enseñar a los niños desde pequeños el respeto por la naturaleza.

“Estamos preparando más personal calificado que maneja las aves, lo que nos permitirá abarcar de forma definitiva más regiones del país, si bien estamos actualmente trabajando a lo largo de Chile, esto se hace de forma intermitente”, finaliza.

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