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Los bosques y las plantaciones han frenado la desertificación en Chile, esta es una de las principales conclusiones de un estudio hecho por un amplio grupo de investigadores de la Unesco, nacionales e internacionales, quienes observaron el comportamiento de 42 caudales desde la Región de O’Higgins hasta Los Ríos durante 21 años.

Producto de esta investigación, se pudo registrar que en las zonas con mayor presencia de árboles nativos o de cultivos forestales se mantuvo el flujo de aguas, incluso en verano. En El Agro, conversamos con Pablo García-Chevesich, miembro del Programa Hidrológico Intergubernamental de la Unesco.

García-Chevesich explicó, en primer lugar, por qué se producen cada vez menos lluvias en Chile, y recordó que “estamos en un área en la cual el anticiclón del Pacífico se está ensanchando hacia el sur, entonces eso significa menos lluvia para nosotros y lamentablemente, menos lluvia para las plantas y ecosistemas, y por eso va avanzando el desierto cada año hacia el sur”.

La investigación

Respecto a la investigación, el experto señaló que “evaluamos los datos que se tenían del gobierno y las tendencias de los caudales mes a mes, y eso lo comparamos con el porcentaje de área forestada, que cubrían las macrocuencas, y sorprendentemente nos dimos cuenta que mientras más cobertura forestal existía, más agua se producía sobre todo en verano, lo que fue la principal conclusión y el puntapié inicial para investigaciones que se vienen. Ahora hay que ver qué efectos tiene cada especie y así asegurar la sustentabilidad hídrica del país sin frenar la producción forestal”.

Y añadió que “este estudio es tremendamente importante para el futuro hidrológico del país en materia hídrica. Lo importante es saber dónde plantar. Nuestros suelos están con algún grado de erosión, entonces hay que plantar con especies nativas, forestar y forestar, y tenemos que hacerlo junto con la ciudadanía, con Conaf, las universidades todo el mundo tiene que plantar árboles”.

Plantar, plantar y plantar

García-Chevesich explica que “hay que plantarlos en las zonas altas de la cuencas, en las laderas degradadas, porque las masas boscosas en climas donde llueve en invierno lo que hacen es recargar las napas”.

Y agrega que “hay que cambiar el método de forestación también, y aprovechar que tenemos 18 millones de voluntarios en Chile, hay que forestar el país entero, para enfrentar el cambio climático”.

El experto de la Unesco indica, además, que “hay que plantar especies adaptadas a la sequía, que no requieran mucha agua, que den más beneficios no solo madera, sino que. también de frutos, que sirvan para tener ganado, y así se va maximizando el uso de la tierra, evitando que se degrade el suelo e incrementando la recarga de las napas y acuíferos”.

Finalmente, señaló que “en ciudades cualquier árbol nos sirve, siempre de baja demanda hídrica. Tenemos el caso de China que designó a 70 mil soldados solamente para plantar árboles; o en la India que plantó millones de árboles en 12 horas. Etiopía tiene el récord, en 2019 plantó 350 millones de árboles en 12 horas, utilizando voluntarios ciudadanos”.

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