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Entre los experimentos que se están desarrollando se encuentra generar conocimiento para que los pescadores puedan desarrollar acuicultura de pequeña escala en localidades costeras, por ejemplo, de un pez relativamente poco conocido y valorado llamado “lisa”.

Este laboratorio tiene tres salas independientes acondicionadas con sistemas de cultivo para realizar bioensayos, un laboratorio para el cultivo de microalgas y cultivos auxiliares, una sala de monitoreo y control para la vigilancia remota de las salas de cultivo, una sala de esterilización, y cuatro sistemas de cultivo para experimentación libre de patógenos.

El 95% del agua necesaria para cultivos y experimentos que se realizan en el Centro de Investigación en Acuicultura Sustentable (CIAS-PUCV) es reutilizada a través de sistemas de recirculación de acuicultura (RAS), especialmente diseñados para este laboratorio que comenzó a operar este 2022 en una primera etapa, y se proyecta que esté completamente implementado en 2025.

 “Es un hito realmente importante poder tener un laboratorio de alto estándar para poder hacer investigaciones en acuicultura, eso era súper necesario para los desafíos actuales y futuros”, afirmó el director de la Escuela de Ciencias del Mar, Dante Queirolo. Y agregó que la implementación demorará otros 3 años ya que “son sistemas de recirculación independientes, con 7 sectores distintos y cada sistema se implementará por separado, cada uno con sus propios mecanismos de bombas y de recirculación para tratar el agua y poder reutilizarla. Ese es el principio que hay detrás de nuestro laboratorio, que el agua que ingresa se pueda reutilizar”.

Esto significa, “sanearla en el camino, sacarle todos los patógenos, todas las bacterias, virus o patógenos en general que pudiera haber en el agua y que dañen a los peces. Se necesita que el agua vuelva a entrar totalmente limpia para seguir realizando experimentos de desafíos. Por el momento estamos trabajando con 2 sistemas que ya están implementados y con el desarrollo de experimentos que ya comenzaron”, explicó Queirolo.

El laboratorio de alta complejidad, que está inscrito ante el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura como Centro de Investigación en Acuicultura Sustentable (CIAS-PUCV), tiene tres salas independientes acondicionadas con sistemas de cultivo para realizar bioensayos, un laboratorio para el cultivo de microalgas y cultivos auxiliares, una sala de monitoreo y control para la vigilancia remota de las salas de cultivo, una sala de esterilización, y cuatro sistemas de cultivo para experimentación libre de patógenos. Además, cuenta con 105 m2 donde se ubican los sistemas de tratamiento de agua para permitir la reutilización del agua, los cuales son independientes entre sí para permitir la experimentación con las debidas medidas de bioseguridad.

Entre los experimentos que ya se están desarrollando se encuentra generar conocimiento para que los pescadores que desarrollan actividades de pequeña escala puedan hacer cultivos en sus localidades costeras, por ejemplo, de un pez poco conocido y valorado como es la “lisa”.

Aporte del CIAS

Para Constanza Low, ingeniera encargada del Centro “lo más difícil fue empoderarse del desafío y desarrollar este proyecto lejos del mar. La recirculación es algo que ya se aplica en el mundo y lo estamos implementando con mucho éxito para la investigación acuícola en el campus Curauma”.

Queirolo, por su parte, destacó que “las autoridades de la PUCV han confiado en este proyecto que permitirá seguir contribuyendo de manera significativa a la investigación y desarrollo de la acuicultura que requiere nuestro país, con infraestructura y equipamiento con altos estándares para la formación de capital de humano avanzado, tanto nacional como internacional”.

El principal objetivo del CIAS-PUCV es dar soporte al desarrollo de la investigación en acuicultura de los programas de postgrado en que participa la Escuela de Ciencias del Mar y colaborar con investigaciones que realizan otras unidades académicas e instituciones en el área El director del Doctorado en Acuicultura, Felipe Hurtado, subrayó que “la importancia de este centro es que aporta infraestructura indispensable para favorecer la investigación que realizan los estudiantes en tres de las líneas prioritarias del programa, como son genética y biotecnología aplicada a la acuicultura, patología e inmunología de organismos acuáticos, y sistemas y tecnologías para la producción sostenible en acuicultura”.

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