El cambio climático plantea desafíos cada vez mayores para la agricultura. La tecnología de drones ofrece una gran cantidad de herramientas avanzadas para ayudar a los agricultores a adaptarse y mejorar sus métodos de trabajo.
“Los drones permiten una supervisión más rápida y detallada de los cultivos, lo que facilita la detección temprana de problemas como plagas, enfermedades o deficiencias nutricionales”, señaló Patricio Toledo, agricultor de arroz de San Carlos, en la Región del Biobío.
“Además, la capacidad de mapeo proporciona información valiosa sobre la salud de los cultivos y ayuda en la toma de decisiones para mejorar la eficiencia y rendimiento”.
La tecnología de drones está disponible en Chile gracias a DJI Dronespray, esta empresa que desde el 2011 ha trabajado para brindar herramientas eficientes para monitorear, mapear y tratar los cultivos agrícolas con mayor precisión.
“Esto permite un uso más eficiente de los recursos, reduce los costos operativos y mejora la producción”, revela Jorge Álamos, gerente general de la marca.
Drones, IA y revolución agrícola
Los drones ya utilizan Inteligencia Artificial (nivel 1), sobre todo en la toma de decisiones al momento de la aplicación de productos en el campo y en la seguridad contra obstáculos.
Por ejemplo, puede tomar la decisión de esquivar un obstáculo por el sector más libre, evitando así accidentes, genera rutas alternativas y opta por la mejor.
“Esto lo hace sin afectar el proceso de pulverización que está llevando a cabo”, ejemplifica Álamos. Esta capacidad reduce en gran medida el riesgo de accidentes, lo que hace que los vuelos con drones sean, a la larga, “más seguros y confiables”, recalcan desde la compañía.
El rango de precios de los drones varía según el modelo y sus capacidades. Van desde los 5.000 USD hasta los 29.900 dólares (es decir, desde cerca de $4.650.000 hasta $28.000.000).
Los equipos pueden incluir levantamiento de imágenes que permite realizar planificación de vuelo y conocer el estado de salud del cultivo y también hay modelos para la aplicación de productos líquidos o sólidos.
Agricultura 4.0
Pedro Morales, agricultor de 60 años de Parral, dedicó su vida a acompañar a su madre y continuar el legado de su papá en los campos de arroz.
Tras muchos años de estar aplicando con bomba espalda, caminando, a mano y con lesiones a lo largo de su vida, decidió dar el siguiente paso y adquirir nueva tecnología.
“Es un cambio radical. A veces uno tiene que invertir para poder crecer y este dron va a ser el principio de lo que viene más adelante”, expresó.
Al igual que Morales, para su colega, Patricio Toledo, el uso de los drones permite avanzar a la agricultura moderna: “La que le dicen 4.0 y la diferencia es notable en varios aspectos. Cuando hacemos aplicaciones, como el dron vuela y no pisa como el tractor, podemos llegar a tener hasta un 12% más de quintales por hectárea de trigo”.
“También, las pérdidas por hectárea han disminuido significativamente. Cuando trabajaba en el arroz arriba de mi caballo, solo por pisoteo aproximadamente perdía 5 a 6 quintales por hectárea y con el dron es cero pérdidas”, agregó.
“Otro tema es el ahorro de tiempo, cuando aplicaba con bomba espalda podía pasar 2 jornadas en 1 o 2 hectáreas caminando, en cambio, ahora con el dron en la misma área trabajada, demoro 5 minutos, tiempo libre que ya puedo pasar con mi familia”.
Esta tecnología promete solucionar muchos problemas de esta industria en el área de fumigación y fertilización.
“Incluso hay nuevas tareas que hemos ido desarrollando con los agricultores, como lo es el secado de cultivos post lluvia, algo que normalmente se hace con helicópteros”, recalca Jorge Álamos.