Paulina de Allende
Crédito: UDP
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La periodista Paulina de Allende-Salazar participó en una jornada de conversación en la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales, a semanas de su despido de Mega, luego de haber catalogado como “paco” al suboficial mayor Daniel Palma, asesinado durante un procedimiento policial.

“A mí el despido no es algo que me quite el sueño, a mí me quita el sueño sentir que quizás hemos estado el último tiempo peleando entre periodistas y hemos perdido tal vez el darnos cuenta de lo relevante que somos en la sociedad”, aseguró en la instancia.

La alumni de la casa de estudios conversó con el director de la Escuela de Periodismo UDP, Gazi Jalil, sobre los detalles de esos momentos, la forma en que se concretó su desvinculación y los días posteriores a esos hechos.

Sobre el error que cometió al mencionar la palabra “paco” y la reacción del general Álex Chaván, quien en un punto de prensa pidió que ella no estuviera presente, aseguró que “tenía la opción de salir corriendo como delincuente, cosa que no soy, irme callada todo el trayecto hasta el auto o contestar. Y contesté lo que me surgió desde mi realidad, mi realidad fue: no soy yo la noticia, porque nunca soy yo la noticia, bajemos esto”.

En relación al comunicado emitido por Mega sobre sus dichos, indicó que “se hablaba de términos y conceptos que yo había emitido… Yo había dicho una palabra y me había corregido rápidamente, no estructuré un algo para dañar a nadie, nada más lejano de mi intención, y no se hacía ningún punto respecto de que un medio de comunicación, cuando se ha cometido un error, tiene distintas maneras de subsanarlo. Tienes derecho a rectificación al otro día, o cuando se considere pertinente”.

“Y nuestra Constitución también establece que existe un derecho fundamental, que es el derecho a informar, que no puede existir censura previa. Pero ese comunicado, que es de un medio de comunicación relevante, no la consignaba; tampoco el error reparado inmediatamente. Entonces yo me sentí claramente que estaba sola, el medio en el que yo trabajaba no estaba dando la totalidad de la información y no había escuchado mi versión”, agregó.

Tras el comunicado, vinieron reuniones y finalmente el despido. De esta experiencia, la periodista reflexionó sobre la necesidad de que la prensa se valore a sí misma en su rol.

“Si yo vengo ahora a la universidad es porque nuestro trabajo no es banal, nuestro trabajo es fundamental, y que un medio tan importante no lo haya visto en ese minuto, que nosotros mismos en la inmediatez no lo hayamos defendido como se merece, que el general no haya entendido que su rol es garantizar como institución nuestros derechos fundamentales, es que estamos un poco perdidos en los roles de las instituciones“, comentó.

“Hoy tenemos un crimen organizado funcionando de manera abismante, hay corrupción -si no, no habría crimen organizad-, y necesitamos una prensa que se precie de lo que es, que se sienta orgullosa. Creo que el país lo necesita mucho y creo que no puede ser que la sociedad tenga la concepción de que la prensa no es útil”, sostuvo.

Finalmente, aseguró haber recibido el apoyo de sus compañeros y compañeras y que no puede emitir juicio respecto de la lectura del comunicado. A pesar de esto, indicó que “lo relevante está en que la consecuencia del error que efectivamente cometí fue tremendamente más grave que el error mismo“.

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