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Héctor Noguera y su legado imborrable: 70 años de gloria en las tablas y la pantalla

Héctor Noguera y su legado imborrable: 70 años de gloria en las tablas y la pantalla
Héctor Noguera – Instagram @hectornogueraillanes

El reconocido actor, director y académico chileno Héctor Noguera Illanes falleció este martes 28 de octubre de 2025 a los 88 años, dejando un vacío inmenso en la escena cultural del país.

Su partida marca el cierre de una era dorada del teatro y la televisión chilena, luego de más de siete décadas de trayectoria ininterrumpida que lo consolidaron como una de las figuras más importantes y queridas del arte nacional.

Un titán de las artes escénicas

Nacido el 8 de julio de 1937 en Santiago, Héctor Noguera fue mucho más que un actor: fue un creador integral que dejó su huella en teatro, cine, televisión, docencia y gestión cultural. A lo largo de su extensa carrera participó en más de 150 estrenos entre obras teatrales, películas y teleseries, recorriendo Chile y numerosos países de América Latina, Europa y Estados Unidos.

Su formación comenzó en la Academia de Arte Dramático de la Universidad Católica bajo la guía de maestros como Eugenio Dittborn y Luis Alberto Heiremans. Durante treinta años fue pilar fundamental del Teatro de la Universidad Católica, donde se desempeñó como actor, director, subdirector y docente, protagonizando decenas de montajes que marcaron la historia del teatro chileno.

Teatro Camino: un sueño hecho realidad

A fines de los años noventa, Noguera materializó uno de sus mayores anhelos al fundar Teatro Camino en la Comunidad Ecológica de Peñalolén.

Este espacio, inaugurado en el año 2000, se convirtió en un referente de las artes escénicas chilenas, ofreciendo no solo producciones de alta calidad sino también formación artística a través de talleres y clases. El nombre evocaba la constante búsqueda y el movimiento permanente que caracterizó su filosofía artística: estar siempre “en camino a algún lugar”.

Maestro de los clásicos y la pantalla

Noguera se destacó especialmente por su trabajo con los clásicos del teatro universal. Su interpretación de “La vida es sueño” de Calderón de la Barca se convirtió en una de sus obras insignias, presentándola en siete versiones diferentes a lo largo de su carrera. También su interpretación de Hamlet en 1979 quedó grabada en la memoria teatral chilena, siendo revisitada décadas después en “Hamlet deambula en círculos” (2023-2024), donde fusionó memorias personales con el texto shakesperiano.

En cine, su participación en “El Chacal de Nahueltoro” (1969) de Miguel Littín, donde interpretó al padre Eloy Parra, lo insertó en una de las películas más emblemáticas del Nuevo Cine Latinoamericano. Posteriormente brilló en filmes como “La Frontera” (1991), “Subterra” (2003) y especialmente “Mr. Kaplan” (2014), coproducción uruguaya que le valió reconocimientos internacionales en festivales de Biarritz, Montecarlo y La Habana.

En televisión conquistó al público masivo con personajes inolvidables: Federico Valdivieso en “Sucupira” (1996), el Rey Melquíades en “Romané” (2000) y Ángel Mercader en “Machos” (2003). Estas teleseries no solo obtuvieron altos ratings sino que se convirtieron en fenómenos culturales que marcaron generaciones enteras de televidentes chilenos.

Premios y reconocimientos

El reconocimiento a su labor fue constante y significativo. En 2015 recibió el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales, máximo galardón cultural del país, otorgado por votación unánime del jurado. El jurado destacó “su permanente espíritu de creatividad y renovación durante su trayectoria y su compromiso en la promoción, difusión y perfeccionamiento de la actividad escénica nacional”.

Además obtuvo múltiples premios APES como Mejor Actor en 1996, 2000 y 2003 por sus roles en “Sucupira”, “Romané” y “Machos”. A nivel internacional recibió galardones como Mejor Actor en festivales de Biarritz, Montecarlo y La Habana. En 2023 fue galardonado con los premios Caleuche a la trayectoria y Mejor actor protagónico de cine.

En mayo de 2025, una encuesta de Cadem lo eligió como “el mejor actor de la historia de Chile” con un 24% de las preferencias, reconocimiento que él recibió con humildad característica: “Creo que hay mejores actores, y creo que la gente votó por mí porque hay un cariño”.

Educador y formador de generaciones

Su compromiso con la docencia fue tan profundo como su dedicación escénica. Fue Decano de la Facultad de Artes de la Universidad Mayor durante 17 años, donde formó a innumerables actores y directores que hoy pueblan la escena chilena. También fue Miembro de Número de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Chile y Profesor Titular de la Universidad Católica.

Su filosofía educativa se resumía en una recomendación que compartió en su homenaje de 80 años: “A esta edad a uno siempre le piden recomendaciones, y yo les recomiendo no perder nunca la voluntad de aprender, que es lo más lindo de poder trabajar en una universidad”.

Una dinastía artística

Héctor Noguera también dejó un legado familiar extraordinario. De su matrimonio con Isidora Portales nacieron Piedad Noguera (curadora y productora teatral) y Amparo Noguera (reconocida actriz). Con su segunda esposa, Claudia Berger, tuvo a Diego Noguera (actor y músico), Emilia Noguera (actriz, directora y dramaturga) y Damián Noguera (escritor y músico). Todos siguieron caminos vinculados al arte y la cultura, perpetuando la vocación artística familiar.

Incansable hasta el final

Su último año de vida fue intenso y productivo. En 2025 protagonizó “Hamlet deambula en círculos”, dirigió una nueva versión de “La pérgola de las flores” en el GAM, actuó en “Caballo de feria” y participó en la teleserie “Aguas de oro” de Mega. Incluso cuando su salud comenzó a deteriorarse, continuó grabando sus escenas desde casa mediante videollamadas, demostrando su inquebrantable compromiso con el arte.

El presidente Gabriel Boric visitó al actor en sus últimas horas, reconociendo así la importancia cultural y nacional de su figura. Su muerte generó un duelo colectivo que trascendió el mundo artístico, conmoviendo a todo el país.

Un legado imperecedero

Héctor Noguera fue más que un actor excepcional: fue un visionario cultural, un educador apasionado, un gestor incansable y un artista integral que entendió el teatro como un espacio de transformación humana y social. Su vida profesional se caracterizó por el tesón, la búsqueda constante de calidad y la exploración profunda de la naturaleza humana.

Como él mismo reflexionó meses antes de su partida sobre la muerte de colegas: “Los mayores nos vamos yendo, y tiene que aparecer también la gente joven. Mientras exista esa inquietud y ese impulso, hay esperanza”.

Su legado permanecerá vivo en las miles de personas que formó, en las obras que creó, en el Teatro Camino que fundó y en la memoria afectiva de un país entero que lo vio crecer, crear y trascender en el escenario de la vida.

 

 

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