
En el último capítulo de “La Divina Comida”, el exbailarín y rostro de “Rojo”, Pablo Vargas, compartió una confesión tan íntima como valiente: reveló que fue víctima de abuso en su infancia, un hecho que ocultó durante años por miedo y culpa.
“Yo sufrí abuso cuando chico, incluso sentía que era mi culpa”, dijo con una honestidad que impactó a todos los presentes en la mesa del programa de Chilevisión.
El también instructor de zumba explicó que solo tras la muerte de su padre pudo comenzar a hablar de lo ocurrido. “Me aguanté toda la vida, porque además me dijeron que podía causar problemas en la familia”, confesó.
Pablo describió cómo este dolor silenciado lo acompañó durante años, hasta que darle voz a su experiencia se convirtió en un acto liberador:
“Me saqué una mochila de encima. Es una etapa superada y es súper bueno hablar las cosas”, aseguró con firmeza.
En medio de un formato relajado y lúdico, como lo es “La Divina Comida”, la mesa se transformó en un espacio seguro y potente, donde Pablo dejó claro que hablar sana y que el silencio ya no es opción.
Su testimonio fue tan inesperado como necesario, dejando en claro que, incluso en los programas de entretenimiento, hay lugar para las verdades que importan y que inspiran.
Con esta revelación, Pablo Vargas no solo abrió su corazón: también alzó la voz por quienes aún no se atreven a contar su historia.