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Comienza a volver la calma a Tenerife, ya que este lunes el Gobierno canario ya desactivó la situación de alerta y la Agencia Estatal de Meteorología retiró el aviso amarillo por fuerte oleaje aunque el mar sigue muy agitado.

Según los antecedentes, durante la noche del sábado y la mañana del domingo, paseos marítimos, locales comerciales y viviendas situadas en los bajos de los edificios tuvieron que ser evacuados para evitar que las olas provocaran una tragedia.

Por el momento, sólo se han reportado pérdidas materiales, por ejemplo: la fuerza del agua derribó muros, obligó a cortar una carretera en la zona de Garachico y arrasó un campo de fútbol, cuyo césped ha quedado totalmente destruido.

Las autoridades de la zona anunciaron que se habilitará ayuda de emergencia para contribuir a reparar los daños y asistencia a las cuarenta familias que tuvieron que abandonar sus hogares este fin de semana para ponerse a salvo del temporal que arrancó los balcones de las viviendas situadas en la primera línea de playa.

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