Expectación internacional generó la última producción artística de Nicolás Miranda “Estrategias parasitarias para la sobrevivencia en un mundo cruel“, obra que se instaló en pleno corazón de Madrid, y que representó la figura del rey emérito Juan Carlos I de Borbón con un rifle de caza apuntando a “El Oso y el Madroño“, símbolo de la identidad de la capital de España, Madrid.
Tras esta inédita intervención, Miranda inauguró una muestra en La Parcería en Madrid -que estará abierta durante mayo- lugar donde se exhibirán los principales hitos del proyecto artístico, que van desde la creación de la escultura en Chile hasta su montaje en la Puerta del Sol, los impactos, trasfondos y relatos ciudadanos de su mediática intervención.
De acuerdo con Nicolás Miranda, la muestra “Estrategias parasitarias para la sobrevivencia en un mundo cruel”, que lleva el mismo nombre de la emblemática figura, busca “presentar un problema a partir de elementos cotidianos que todos podemos reconocer y leer fácilmente. Tomando signos y símbolos que vemos en nuestro día a día, a fin de reubicarlos en un nuevo contexto y juego lingüístico”.
La exhibición, a cargo de Artexperimenta de La Parcería, también presenta la investigación de Nicolás Miranda desde la lógica de la ciudad, a partir del recorrido y la observación del paisaje cotidiano.
A través de este proceso, el artista extrae elementos que utiliza para formalizar desde lo escultórico, movilidad de signos y relaciones incómodas que generan inquietud o duda. Es decir, impulsa resignificaciones que invitan al espectador a reflexionar sobre la naturaleza de nuestro mundo.
“Mi visión como artista contemporáneo es parasitaria. Parasito algo que ya existe. En mi reciente intervención conecto a la monarquía española para hacer una parodia al símbolo de la ciudad. Pero al final todo tiene que ver con el lenguaje visual”, explicó Nicolás Miranda.
Cabe destacar, que la obra -que fue modelada en Santiago de Chile en base a poliuretano y masa de modelar, sellada y con patina de pintura metálica oscura- representa una continuidad de una serie de trabajos artísticos de Miranda respecto al cuestionamiento de los monumentos nacionales, que en Chile ha tenido su correlato tanto en los movimientos sociales como en el arte contemporáneo.