El director de la División de las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, reportó que, luego de dos semanas de investigación en el país, “se han registrado graves violaciones a los Derechos Humanos por parte, fundamentalmente de la fuerza de Carabineros”.
De acuerdo al informe que detalló Vivanco, dentro de los miembros de la institución policial existe “uso excesivo de la fuerza en las calles y abusos graves en detenciones” durante las manifestaciones que empezaron el 18 de octubre. De esto, existe una “evidencia sólida”.
Además, consignaron cientos de denuncias sobre “golpizas brutales y abusos sexuales que no pueden quedar impunes y deben ser pronta y rigurosamente investigadas y sancionadas por las autoridades judiciales en Chile”.
Aquellos abusos contra detenidos que quedaron a disposición de las autoridades se cometieron por falta de control interno en Carabineros que “facilitaron que se produjeran graves violaciones de los DD.HH. de muchos chilenos”.
Otras de las graves acusaciones que informó la organización fue que “carabineros obligaron a detenido, incluidos niñas, niños y adolescentes, a desvestirse y hacer sentadillas totalmente desnudos en las comisarías”. Una práctica que está prohibida en las normas internacionales y en la propia institución desde marzo de este año, de acuerdo al protocolo.
“Los carabineros parecen más propensos a obligar a desnudar a mujeres y niñas que a hombres, según las estadísticas que hemos podido examinar”, se comentó en la instancia.
El organismo también consignó que si bien la mayoría de los manifestantes actuó de manera pacífica, algunos grupos cometieron graves actos de violencia, como ataques a carabineros y a comisarias con piedras y bombas molotov, saqueos y quema de bienes públicos y privados.
El 21 de noviembre, la Dirección General de Carabineros indicó que más de 1.896 agentes resultaron heridos entre el 18 de octubre y el 20 de noviembre, y que cerca de 127 de estos presentaban lesiones graves.
Uso de escopetas antidisturbios
Sobre el uso de perdigones, Vivanco señaló que que existió “uso indiscriminado e indebido de armas y escopetas antidisturbios” y que se dispararon de forma “indiscriminada”.
El uso de esta herramienta dejó 220 lesiones oculares documentadas por el INDH hasta el 17 de noviembre. 16 de ellas habrían perdido la visión total en un ojo, mientras que hay 34 casos que podrían resultar en la pérdida parcial o total de la visión dentro de la evaluación en un plazo de tres meses.
Debido a la irresponsabilidad en el uso de los perdigones, “su uso debería suspenderse de forma indefinida en todas las circunstancias hasta que las autoridades idóneas e independientes lleven a cabo una amplia y rigurosa auditoría para determinar los riesgos que entraña el uso de la escopeta de perdigones”.
HRW también detalló que se utilizo un tipo de munición que no es el cartucho de 12 proyectiles, sino una especie de calcetín que tiene dentro de ella “una concentración fuerte de perdigones”
“No es posible que la máxima autoridad de Carabineros no conozca cuáles la composición de los perdigones”, cuestionó Vivanco, que también se preguntó por qué las municiones se hicieron sin licitación pública y apuntó la irresponsabilidad de los funcionarios en medir la distancia mínima desde el disparo para no herir a los manifestantes.
El entrenamiento por parte de los efectivos para manipular el armas antidisturbios es de dos semanas, preciso el director de la organización.