Jeanette Vega
Agencia Uno.
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La exministra de Desarrollo Social y Familia, Jeanette Vega, abordó por primera vez su salida del gabinete de Gabriel Boric y el contacto con el líder de la Coordinadora Arauco Malleco, Héctor Llaitul, que empujó su renuncia.

En entrevista con La Tercera, la exsecretaria de Estado sostuvo que la función que tenía en el ministerio que lideraba “era dialogar con todos”, es decir, “nosotros tuvimos diálogos con alrededor de, al menos, 100 comunidades en el período”.

En esa línea, dijo que “nunca tuve ninguna restricción de ningún tipo para la labor que efectuaba. Y desde ese punto de vista, todo lo que tenía que ver con avanzar en la entrega de tierras era parte de la misión encomendada”. Es por ello que insistió que hubo “muchísimas conversaciones con muchísimas comunidades en el marco del tema de la negociación de tierras”.

Sobre el intento de contacto con el líder de la CAM, Héctor Llaitul, al citado medio afirmó que “en el momento en el cual se produce la llamada, no había ninguna razón para no conversar con Llaitul“, porque “en ese momento la posición que teníamos en el gobierno era que había que conversar, que las personas no se perseguían por sus ideas, sino que por sus hechos”.

Fue una coincidencia desafortunada, porque el llamado que hizo la asesora lo hizo alrededor de las 5 de la tarde, y a las 6 y media se conoce que Llaitul había dicho que había que empezar a prepararse”, explicó.

Asimismo, añadió que “lo que quiero decir es que en ese momento no había ninguna razón para pensar que había personas proscritas para ese diálogo, en particular esta persona. Distinto es la situación que ocurrió después. Y en ese caso, por cierto, uno no dialoga con las personas que están por la vía violenta“.

La otrora ministra además indicó que su renuncia a la cartera fue una decisión “más bien política” de su parte.

“Estábamos a una semana del plebiscito en el cual habíamos luchado -incluyéndome- para cambiar la Constitución de Pinochet. Era el momento clave. Y este episodio, que hubiera sido irrelevante en cualquier otro momento, se podía transformar en un arma política contra el gobierno y en un elemento que podía tener la posibilidad de pesar en alguna persona para no votar Apruebo”, comentó.

Me pareció de mínima responsabilidad política que lo más sano y lo que producía menos daño o menor riesgo de daño era renunciar, porque la cosa se cortaba ahí. A lo mejor, si hubiera sido una semana después del plebiscito, dos meses antes del plebiscito hubiera sido distinto. Pero ahí se conjugó un momento que, desde el punto de vista político, me parecía que era muy delicado”, sostuvo en entrevista con el medio escrito.

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