El deterioro en las finanzas públicas, y el largo periodo en que el país no ha crecido, generó una baja en el rating elaborado por la agencia S&P Global Ratings.
“Esta rebaja, quiero decir, sin ninguna ambigüedad, es evidentemente una mala noticia”. Ése fue el análisis que dio el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, ante la baja en la nota crediticia que experimentó el país por primera vez en 25 años.
El deterioro en las finanzas públicas, así como el largo periodo en que Chile no ha experimentado crecimiento en materia económica, finalmente pasó la cuenta y generó que bajaramos de AA- a A+, calificada como «estable», y el de la deuda de AA a AA- en el rating elaborado por la agencia S&P Global Ratings .
De acuerdo a la entidad, «la rebaja refleja un prolongado crecimiento económico bajo que ha perjudicado los ingresos fiscales, la contribución del aumento de la deuda del Gobierno y la erosión del perfil macroeconómico del país».
Al respecto, el secretario de Estado dijo que este escenario “nos retrotae al 2010, aunque nos deja un escalón encima del 2006 y años previos” y aseguró que «Chile tiene buena reputación» y que «trabajaremos para mantenerla».
También dijo que «la primera es que el origen principal de la rebaja es el efecto fiscal por el menor precio del cobre y del menor crecimiento, tanto en el déficit fiscal como el nivel de deuda, así también como el efecto de la demanda de gastos que hemos tenido».
En segundo lugar, y a juicio de la autoridad, lo más importante, «el nuevo rating y su mantención en el tiempo es coherente con algunos supuestos que hace la propia clasificadora, que la economía recupere su ritmo de crecimiento… y suponen que el déficit fiscal seguirá con una trayectoria de disminución gradual y persistente lo que permite que la deuda no sobrepase el 30% … y también ellos suponen que nosotros y los próximos gobiernos van a seguir la regla fiscal que estamos siguiendo, así como una política monetaria prudente por parte del Banco Central como ha seguido siempre».