
En este episodio de “Con diálogo es distinto”, se genero una constructiva conversación junto a Verónica Silva, asistente social de la Universidad Católica y actual subsecretaria de la Niñez; María Francisca Bello, diputada del Frente Amplio e integrante de la Comisión de Familia de la Cámara; Valeria Lazcano, licenciada en trabajo social, especialista en políticas públicas y exasesora del Ministerio de la Mujer y Sandra Quijada, investigadora y Coordinadora del Área de Opinión Pública del Centro de Estudios Públicos (CEP).
Chile atraviesa uno de los cambios demográficos más relevantes de las últimas décadas: una sostenida caída en la natalidad que plantea importantes desafíos sociales, económicos y culturales. Según el último Anuario de Estadísticas Vitales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el país registra una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo, con solo 1,16 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional estimado.
Esta tendencia, que representa la cifra más baja en la historia nacional, ha venido acompañada de otros indicadores relevantes: el promedio de edad para tener hijos subió de 27 años en 1993 a 30 en 2023, mientras que la esperanza de vida se ha elevado hasta los 82 años. Paralelamente, las condiciones para la maternidad y la crianza continúan siendo complejas.
La tasa de desocupación femenina alcanza un 9,1%, más alta que la de los hombres (7,2%), y la participación laboral de las mujeres aún no se recupera completamente tras la pandemia. Además, el salario promedio de las mujeres es un 25,5% inferior al de los hombres.
“No hay una solución única”
Durante la instancia, la subsecretaria Silva abordó la complejidad del fenómeno: “El descenso de la natalidad no responde a una sola causa. Se trata de una combinación de factores sociales, económicos y culturales. No hay una solución única, y tampoco podemos copiar modelos de otros países porque cada sociedad tiene particularidades propias”.
Silva también enfatizó en que las campañas pronatalistas ya no son suficientes: “Cuando se llega a estos niveles, como el 1,16, lo que corresponde es evitar que siga bajando. Recuperar una tasa de reemplazo puede tomar generaciones”.
Por su parte, Sandra Quijada destacó el impacto de los nuevos datos del INE, que ahora se entregan mensualmente: “Durante 2024, hemos visto caídas mensuales cercanas al 20% en los nacimientos, en comparación con el año anterior. Esto es muy preocupante. A este ritmo, estamos en un camino de descenso sostenido, sin señales claras de reversión”.
Aportes de la migración y aspectos positivos
Pese al escenario complejo, también se identificaron algunos elementos positivos. Por ejemplo, Quijada señaló que en regiones como Arica y Magallanes la natalidad se sostiene en gran parte gracias a madres extranjeras, y que, por otro lado, ha habido una fuerte disminución en el embarazo adolescente, pasando de 40.000 nacimientos en este grupo hace una década a apenas 3.000 en la actualidad.
Este avance, según destacaron las participantes, es reflejo de políticas públicas efectivas en educación sexual y salud reproductiva.
Debate sobre políticas públicas
Durante el encuentro se discutieron varias iniciativas recientes, como la reducción de la jornada laboral, la ley de conciliación de vida laboral y familiar, el fortalecimiento de los sistemas de cuidados, y el proyecto de Sala Cuna Universal, que busca facilitar el acceso a espacios de cuidado para hijos e hijas de madres trabajadoras.
La diputada Bello hizo hincapié en la necesidad de avanzar hacia una corresponsabilidad efectiva en la crianza: “No se trata solo de políticas para mujeres. Debemos cambiar la mirada y construir un sistema que involucre a todos los actores: Estado, familias, hombres y comunidades”.