Aunque el precio suba, el amor por los mariscos no baja. Según el último estudio de GPS Ciudadano, un 80% de los chilenos sigue fiel a los productos del mar en Semana Santa, y más vale saber cómo cuidarlos para que el gusto no se convierta en disgusto.
Porque todo comienza antes de encender la cocina: la clave está en la conservación, sobre todo en días calurosos donde cualquier descuido puede afectar sabor, textura… y salud.
¿La temperatura ideal? Frío, frío, frío
Entre 0 y 4 °C es la temperatura perfecta para mantener mariscos frescos. Lo ideal es guardarlos en la parte más fría del refrigerador, o incluso en hielo si los vas a preparar pronto.
“La variación térmica es el peor enemigo del marisco”, advierte Natalia Mayas, nutricionista de UNK.
Nada de dejarlos en la puerta del refri, ni en envases abiertos. Mejor en un recipiente cerrado herméticamente y ojalá lejos de la tentación de abrir la tapa cada cinco minutos.
¿No vas a cocinar de inmediato? Al congelador
Si la cazuela o el ceviche pueden esperar, el congelador es tu mejor aliado. Camarones, almejas o pulpo pueden conservarse sin perder propiedades si se congelan correctamente, prolongando su frescura sin dramas.
Cuidado con comerlos crudos
La recomendación es clara: nada de mariscos crudos, sobre todo para niños, embarazadas o adultos mayores. Y siempre, siempre, comprar en lugares establecidos.
“Promover buenas prácticas desde la pesca hasta la mesa es parte de nuestro compromiso con la alimentación segura y sustentable”, cierra la experta.
Porque disfrutar de mariscos en Semana Santa sí se puede, siempre que el refrigerador haga su parte… ¡y tú también!
