El gobierno de los Estados Unidos anunció un nuevo ataque militar contra una embarcación sospechosa de narcotráfico en aguas internacionales del Caribe, que dejó como resultado la muerte de cuatro personas a bordo.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, informó que la acción se realizó bajo la orden del presidente Donald Trump, y que la embarcación estaba siendo utilizada para el transporte ilícito de drogas y operaba en una ruta conocida de contrabando.
La operación, que representa parte de una campaña más amplia lanzada por Washington desde septiembre de 2025, tiene como objetivo organizaciones designadas como “narcoterroristas” que utilizan el mar Caribe como corredor de tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses aseguran que esta forma de intervención militar en alta mar es necesaria para “proteger al pueblo estadounidense” frente a amenazas que combinan narcotráfico y terrorismo.
Aunque el Departamento de Defensa no ha divulgado todos los detalles del operativo —como la identidad de los fallecidos, el país de origen de la embarcación o el armamento involucrado— el comunicado oficial insistió en que no hubo bajas en las fuerzas estadounidenses y que el barco fue neutralizado con éxito.
Los críticos, sin embargo, han cuestionado la legalidad internacional de este tipo de ataques y la falta de transparencia sobre el proceso de identificación de los objetivos.
Este nuevo incidente convierte a la campaña marítima en una pieza central de la estrategia del gobierno de Trump en el hemisferio occidental, donde ya se han reportado decenas de muertes en operaciones similares a lo largo de los últimos meses.
