El asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, ha puesto en duda la efectividad de la estrategia de seguridad de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.
Conocido por su lucha contra el narcotráfico, Manzo fue abatido el sábado durante un evento del Día de Muertos. Su muerte subraya los desafíos de enfrentar al crimen organizado en una región controlada por carteles, como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Críticas a la estrategia de Sheinbaum
Aunque Sheinbaum ha intensificado los operativos y reducido los homicidios en 2025, el asesinato de Manzo revela las limitaciones de su estrategia.
El crimen desató protestas en Michoacán, con ciudadanos exigiendo justicia. Este asesinato llega en un contexto de presión internacional, especialmente de Estados Unidos, que ha ofrecido intervenir en la lucha contra los carteles.