En medio de una escalada militar en el Caribe, EE. UU. ha desplegado helicópteros de operaciones especiales cerca de Venezuela, en lo que fuentes oficiales describen como ejercicios de entrenamiento vinculados a la estrategia antinarcóticos del gobierno de Donald Trump.
Imágenes analizadas por medios como The Washington Post muestran helicópteros MH-6 Little Bird y MH-60 Black Hawk operando en aguas del Caribe a menos de 145 kilómetros de la costa venezolana, en las cercanías de plataformas petrolíferas.
Un oficial estadounidense, bajo condición de anonimato, declaró que esas aeronaves participaban en vuelos de entrenamiento y que no era posible asociarlos directamente con una operación terrestre contra Venezuela.
Estas maniobras se dan en un contexto de utilización por parte de la administración Trump de fuerza militar contra presuntos narcotraficantes que operan desde aguas cercanas a Venezuela.
Desde el 2 de septiembre, EE. UU. ha lanzado al menos seis ataques contra embarcaciones catalogadas como involucradas en tráfico de drogas, resultando en al menos 27 muertos. En paralelo, Trump confirmó que autorizó operaciones encubiertas de la CIA dentro de Venezuela.
El uso de helicópteros de operaciones especiales en esta zona eleva la tensión regional, pues su capacidad para inserción rápida, apoyo cercano y transporte de fuerzas tácticas los convierte en un componente clave en escenarios militares de riesgo.
Analistas advierten que esos vuelos podrían ser la fase previa a operaciones más agresivas, aunque no hay confirmación pública de una invasión terrestre.
Venezuela ya ha reaccionado con dureza. El gobierno ha protestado ante instancias internacionales y tachado de agresivas estas maniobras, advirtiendo que violan su soberanía y podrían constituir un acto de intervención.
Hasta ahora, EE. UU. se defiende argumentando que todas las acciones son destinadas a combatir el narcotráfico y proteger su seguridad nacional.