El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió con su par de China, Xi Jinping en la ciudad surcoreana de Busan, donde alcanzaron un acuerdo para establecer una tregua temporal en la prolongada guerra comercial.
El encuentro, calificado como “positivo y constructivo” por ambas delegaciones, marca un nuevo capítulo en las tensas relaciones económicas entre Washington y Beijing.
Según confirmaron fuentes de la Casa Blanca y del Ministerio de Comercio chino, el pacto contempla una reducción parcial de las tarifas estadounidenses aplicadas a productos de origen chino, mientras que China retomará las compras de soja y otros productos agrícolas provenientes de Estados Unidos.
Además, Beijing se comprometió a mantener sin cambios, por un año, las restricciones a la exportación de tierras raras, y a colaborar en el control del tráfico de fentanilo hacia territorio estadounidense.
“Una reunión increíble, un gran paso adelante”
Durante una conferencia posterior, Trump afirmó que la cita con Xi fue “una reunión increíble, doce sobre diez”, asegurando que el entendimiento “abre la puerta a una etapa de cooperación más pragmática entre ambos países”. Por su parte, el presidente chino destacó la importancia de “evitar una nueva escalada económica que perjudique a las economías globales”.
El acuerdo no representa el fin de la guerra comercial, pero sí un alto temporal a las hostilidades arancelarias, que en los últimos años han afectado sectores clave como la tecnología, la agricultura y la energía. Analistas internacionales coinciden en que esta tregua podría ofrecer un respiro a los mercados, aunque advierten que las diferencias estructurales entre ambas potencias siguen sin resolverse.
El encuentro de Busan se produce en un contexto de alta tensión geopolítica, con Estados Unidos reforzando su presencia en el Indo-Pacífico y China consolidando alianzas en Asia y África. Aun así, ambos líderes coincidieron en que la cooperación económica será fundamental para la estabilidad global.