Una de las situaciones que más preocupa a los chilenos es la crisis habitacional y el aumento de campamentos que se registran en distintos puntos de la capital y del país. Por lo mismo, especialistas se reunieron a debatir sobre como enfrentar este fenómeno.
Con este objetivo Pablo Zalaquet conversó en ‘Con diálogo es distinto’ con Claudio Orrego, Gobernador de la Región Metropolitana; Daniel Reyes, alcalde de La Florida; Karina Delfino, alcaldesa de Quinta Normal y con Pablo Allard, Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo.
Al respecto, el gobernador Orrego declaró que “este es un reflejo de una profunda crisis social, principalmente un tema de orden público. Primero, el estallido social, desde el punto de vista del relajo de las normas de convivencia y de respeto a los derechos y al rol de la autoridad”.
“Lo segundo fue la pandemia, que generó mucha pobreza, gente que tuvo que dejar de pagar arriendos y tuvo que irse a un asentamiento informal. Después la emigración descontrolada. Te da cuenta de una tormenta perfecta, donde una de sus expresiones, es esta proliferación de campamentos”, sentenció.
“Esto se puede abordar, no es fácil, requiere tiempo, requiere estrategia y liderazgo, esto es campamento por campamento, aquí no sirve la misma regla para todo el mundo”, sentenció.
En la misma línea, el Decano Allard coincidió con Orrego, añadiendo además que “Chile el año 2007 tenía 27 mil familias viviendo en campamentos, hoy tenemos casi 120 mil. Algo nos pasó que nuestras políticas habitacionales, perdieron el foco. El foco estaba en la cantidad y no en la calidad, por eso generamos getos como lo que fue Bajos de Mena en su momento”.
“Acumulamos pobreza en la periferia, les dábamos viviendas pero sin servicios, sin equipamiento y sin transporte. Ese cambio hacia lo cualitativo, empezó a desconectarse de la realidad de esas familias más vulnerables, que no tenían acceso a viviendas”, destacó.
“Ni siquiera el terremoto generó un aumento en el número de campamentos, hasta que llega el estallido, junto con el Covid, porque en cierta medida el estallido levanta esta idea de que el fin justifica los medios. Luego vienen un tema que es global, que es que la vivienda está siendo muy cara”, agregó.
“La buena noticia es que nuestro país tiene la capacidad para enfrentar esta crisis. El año 2011 se entregaron cerca 100 mil soluciones habitacionales después del terremoto, porque todos los Serviu, todos los municipios, se pusieron a trabajar en un mismo plan de emergencia nacional. Si logramos repetir esa gesta, en los próximos 10 años terminamos con el déficit”, sentenció.
Por su parte, la alcaldesa de Quinta Normal expresó que “a nosotros nos tocó sacar tres campamentos, cerca de 150 familias. Fue un proceso largo, acorde al número de familias. Pero hubo una decisión de poder sacarlos, un problema sistemático que es hasta el día de hoy”.
“Me lo dijo el gobernador, hay que ir y decirle a las familias que no se puede vivir acá. Yo iba personalmente, en ese caso, sistemáticamente a decirles, y las familias poco a poco fueron dejando el campamento”, señaló.
“Las familias más complicadas son las que tienen problemas de adicción, problemas mentales o alguna vulnerabilidad muy extrema. Es muy importante la articulación con las distintas instituciones para poder hacer un trabajo serio y la decisión de la autoridad”.
Mientras que su par de La Florida, Daniel Reyes, destacó que “la problemática de la vivienda no es exclusiva respecto de la vivienda social. Tenemos un mercado de capitales que se debilitó con el paso del tiempo. Eso ha significado que muchas personas de clase media hoy no puedan acceder a la vivienda”.
“En una comuna como La Florida o Quinta Normal, es muy importante que las personas que requieren una solución, se queden en la comuna. Más allá de que el diagnóstico esté medianamente claro, la buena noticia es que acá existe la posibilidad de avanzar”, añadió.
“No es fácil, responde a la realidad de cada campamento, donde muchos de ellos también han sido incluso planificados. Acá se requiere un trabajo coordinado, tratando a las personas como adultos, que les digamos la verdad”, cerró.
