
Este lunes, en el programa Rompecabezas de Radio Agricultura, el piloto chileno Carlos Ciuffardi recordó junto a Pedro Carcuro el día que el Papa Francisco, fallecido hoy, los casó en pleno vuelo.
Todo ocurrió durante el viaje que realizó el pontífice por Chile en 2018, en el tramo entre Santiago e Iquique, a bordo de un vuelo de Latam.
Carlos contó que, junto a su esposa Paula, prepararon ese viaje durante seis meses en secreto junto a la tripulación. El objetivo era claro: que todo saliera perfecto.
En medio del vuelo, Latam solicitó autorización al Vaticano para que la tripulación pudiera tomarse una foto con el Papa. La jefa de protocolo aceptó, pero con una condición: los saludos debían ser uno por uno. Fue entonces cuando Carlos, en su propia palabra, se puso “patudo” y pidió pasar con su esposa, quien además era la jefa de cabina. Sorprendentemente, le dijeron que sí.
Ahí comenzó una conversación íntima. Ambos de familia italiana, Carlos y el Papa conectaron hablando de fútbol, comida, humor y picardía. El piloto aprovechó la ocasión y le pidió una bendición para su matrimonio civil, pero confesó que no estaban casados por la Iglesia.
El Papa reaccionó con una mezcla de broma y seriedad: “Che, me estás dando una bofetada en la cara”, le dijo.
Carlos explicó que el día en que pensaban casarse por la Iglesia, en 2010, fue justamente el día del terremoto, y la iglesia donde se casarían se cayó. “Me enojé con Dios”, confesó.
Fue entonces cuando el Papa le dijo: “Por algo estás acá. Yo soy el guardián del Espíritu Santo en la Tierra, y si viniste con tu esposa a contarme esto, yo tengo que darle un cierre. Así que si se quieren casar, yo los caso”.
El piloto, incrédulo, pensó que hablaba de casarlos en Roma. Pero el Papa lo corrigió: “No, aquí, ahora, en el avión. Los caso y punto. Yo soy el Papa, puedo casar a quien quiera y donde quiera”.
Solo necesitaban un testigo. Carlos se dio vuelta y se encontró con Ignacio Cueto, dueño de Latam, a quien reclutó en ese instante.
La ceremonia fue breve pero profundamente simbólica. El Papa unió las manos de la pareja y dijo: “Casarse significa formar una familia y desde este momento somos familia. Casarse es amor, cuidarse, felicidad y mirarse hasta el día de la muerte”.
Entre risas, también les dio consejos: “Que las argollas no estén muy apretadas, porque ahorcan, ni muy sueltas, porque se caen”, bromeó, incluso lanzando una talla sobre las suegras.
Carlos resumió la experiencia como un momento mágico: “Fue divino. De un vuelo denso pasamos a una fiesta. Nos cambió la vida y quedó para la historia de Chile”.

Papa Francisco casando a matrimonio chileno