La Dirección Regional de Gendarmería del Biobío entregó nuevos detalles sobre el homicidio ocurrido en el Complejo Penitenciario Biobío, donde durante el desencierro del módulo 42, el cuerpo de un interno fue hallado decapitado. Según las primeras indagatorias, el hecho se relaciona con un posible ritual satánico.
De acuerdo al comunicado oficial, tanto la víctima como el agresor compartían celda. Al interior de esta se encontraron una biblia, escritos con símbolos satánicos, y el número 666 pintado en la pared. Estos elementos, junto con las declaraciones del presunto autor, sugieren la realización de un acto con connotaciones ritualísticas.
Sin embargo, fuentes de la Fiscalía, encabezada por el fiscal Michelangelo Bianchi, han señalado que los hechos podrían ser el resultado de un episodio de enajenación mental con tintes satánicos, aclarando que para tratarse de un ritual formal deben cumplirse ciertos contextos que no se habrían dado en este caso.
El autor del ataque fue identificado y puesto a disposición del Ministerio Público, mientras la Policía de Investigaciones (PDI) continúa realizando diligencias en el penal. Gendarmería informó que no existían antecedentes previos que advirtieran el comportamiento violento del agresor, pero anunció la implementación de medidas adicionales para evitar futuros incidentes de esta magnitud.
Este caso ha causado conmoción pública, reabriendo el debate sobre la seguridad y control dentro de los recintos penitenciarios del país. Gendarmería reiteró su compromiso de colaborar con las investigaciones y apoyar a los familiares de la víctima.
