Johanna Hernández contó escabrosos detalles sobre el día en que asesinó, junto a Francisco Silva, al profesor Nibaldo Villegas.
En entrevista con “Informe Especial” de Televisión Nacional (TVN), Hernández comentó que todo ocurrió el 10 de agosto del 2018, cuando le pidió a Nibaldo que le celebrara su cumpleaños en la casa de Peñablanca.
“Para mi cumpleaños Francisco me regaló un pote y antes me había mandado fotos de una caja de Clonazepam, y el día de mi cumpleaños me lo entregó, y me dijo ‘esto guárdalo, y yo lo eché en mi mochila, me dijo ‘porque esto es el camino a nuestra felicidad'”, reveló.
En este sentido, aseguró que Silva “me dice que le diga (a Nibaldo) que me celebre mi cumpleaños en la casa de Peñablanca. Y yo lo miré y le dije, ¿pero por qué? (Y él me dijo) ‘tú hace lo que tienes que hacer’. Yo a esas alturas ya no le rebatía nada a Francisco, yo solamente obedecía, pasaba todo el tiempo dopada“, afirmó.
“Yo le dije a Nibaldo y Nibaldo no tuvo ningún problema con decirme que bueno”, recordó, agregando que Francisco “me dijo que tenía que darle las pastillas a Nibaldo, que tenía que hacerlo dormir y que le iba a pasar lo mismo que me había hecho yo cuando me traté de matar”.
“Mientras Nibaldo subió a colocar una película arriba, yo preparé la cuestión rapidito y nos pusimos a comer sushi y a comernos eso. Ya después Nibaldo en 10 minutos ya no coordinaba, se quedó dormido con un sushi en la boca, yo ahí se lo saqué de la boca para que no se fuera a ahogar. Lo acomodé en la cama, porque se durmió casi cayéndose, yo lo ayudé a acostarse y me dijo ‘te amo’, que fue lo último que me dijo”.
Tras esto, Johanna le envió una fotografía a Francisco de Nibaldo recostado en la cama, totalmente “dopado”. Cuando arribó, “me dijo ‘lava todo lo que usaste’ (…) Francisco entró, se cambió ropa, se sacó el uniforme de guardia y se puso una ropa negra y yo me puse a hacer lo que él me mandó”.
“Había un cuchillo grande y ese cuchillo lo pescó y partió para arriba y yo me quedé lavando las cosas (…) Tuve que hacer la cama con lo que encontré, que fueron dos sábanas de polar y las almohadas de la cama de mis hijos”, agregó.
“Me pidió que lo ayudara a subir el cuerpo al auto y a subir todas las bolsas que tenía, Tengo que haber llenado como 4 o 5 bolsas con ropa que estaba ensangrentada y con los paños que limpié el colchón”, complementó.
Finalmente aseveró que “yo nunca vi el cuerpo, yo dejé a Nibaldo durmiendo arriba y después cuando subí era un bulto que estaba en la cama. Yo jamás toqué el cuerpo de Nibaldo, quedé con sangre porque me pasó guantes de procedimiento para que yo limpiara la cama”.
“Él (Francisco) en cambio sí tenía toda la ropa ensangrentada, y me dijo que la había metido en el entretecho de la casa de Playa Ancha”, sostuvo.
Finalmente comentó que Silva se “deshizo” del cuerpo del profesor y colocó sus restos en una fogata en la Playa Las Docas.