“De la bacteria Streptococcus pyogenes existen muchas cepas, algunas de las cuales generan más enfermedad que otras.
Se transmite por el aire, debido a las gotitas respiratorias que se exhalan al toser o estornudar, pero de forma menos eficiente que los virus; y también se contagia a través de secreciones que puedan quedar en superficies u objetos inertes, y que uno después toca o usa”, explica sobre las formas de transmisión de esta bacteria el doctor Gonzalo Osorio, académico del programa de Microbiología y Micología del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
La persona portadora del Streptococcus pyogenes, agrega el especialista, “puede desde no tener ningún síntoma de preocupación, pasando por cuadros como faringitis e infecciones de la piel, como la escarlatina y erisipela, hasta infecciones más graves, pero poco frecuentes, como neumonía o la fascitis necrotizante. Por eso la han llamado ‘bacteria asesina’ o ‘come carne’”.
El académico, además, afirma que esta infección puede agravarse en combinación con el virus de la influenza. “Se puede dar una sinergia, porque en este caso el virus estimula que a nivel celular se produzca un receptor para la bacteria Streptococcus pyogenes que antes no estaba, la sensibiliza frente a ella. Así, esta bacteria, que en personas sanas produce un poco de fiebre y dolor de garganta de forma leve, si aparece concomitantemente a un cuadro de influenza, hace que este último sea mucho más grave. Va a depender de la cepa, de esta posible sinergia y de las condiciones inmunitarias de la persona, si es que pertenece a alguno de los grupos de riesgo: niños menores de cinco años, adultos mayores o inmunodeprimidos”.
Las recomendaciones del experto ante esta bacteria
En todo caso, añade el doctor Osorio, “la buena noticia es que es una bacteria completamente sensible a la penicilina, el antibiótico más antiguo de todos. Por eso, se trata de forma fácil y segura. Pero hay que hacer el diagnóstico de forma precoz, porque si la infección está muy avanzada, afectando gravemente la piel o el pulmón, por ejemplo, es más complicado”.
En este sentido, recomienda que “las personas que cursen dolor de garganta importante, una faringitis con fiebre alta y persistente por más de tres o cuatro días, deberían acudir a algún proveedor de salud para hacerse el diagnóstico de esta infección y recibir el tratamiento adecuado”.
Sin embargo, aclara que “no quiere decir que todos los que tengan influenza deban hacerse el examen para ver si están infectados por Streptococcus pyogenes, porque hay muchas personas que tienen esta gripe, pero con los dolores musculares y decaimiento clásicos de esta enfermedad. En el caso de la infección por esta bacteria, los síntomas de importancia son la faringitis y la fiebre persistente por más de tres o cuatro días”.
Por otra parte, para prevenir la infección, el doctor Osorio hace énfasis en las medidas profilácticas aprendidas durante la pandemia: “lavado frecuente de manos con agua y jabón; uso de mascarilla de las personas sintomáticas en lugares de alta concentración de personas, como el trasporte público; toser en el antebrazo. Además, y no menos relevante, se debe incentivar la vacunación contra la influenza de las personas que aún no la reciben”.