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Científicos del CEAF identifican soluciones para anomalías en las cerezas.

Científicos del CEAF identifican soluciones para anomalías en las cerezas.
Sdr

Chile es el primer exportador de cerezas en el mundo y en la temporada 2020-2021 la producción y exportación de este fruto dulce alcanzó cerca de 320.000 toneladas, lo que representa un incremento de 38,3% respecto a la temporada 2019-2020, según datos del Comité de Cerezas de Chile de la Asociación de Exportadores de Fruta (Asoex).

Esta posición impulsa a Chile para a estar en la vanguardia de la producción y comercialización del fruto, desde mantener una calidad elevada de la fruta, incrementar la productividad de sus huertos y superar los embates generados por el cambio climático.

Sin embargo, no es una tarea fácil ya que se han identificado desórdenes en el desarrollo de las cerezas, con tres malformaciones: frutos dobles; con “hijos o espolón”, y con la “sutura profunda” las que tendrían su origen en las altas temperaturas a las que están expuestas los árboles del huerto.

Las anomalías del fruto mencionadas tienen su origen durante la organogénesis de las yemas florales, que ocurre en los meses de verano, casi un año antes de la cosecha de los frutos, e impactan en la calidad de la fruta, su precio en el mercado y en su vida de postcosecha.

Esto podría ocasionar problemas para llegar a destinos distantes como China, el primer comprador de la cereza chilena, ya que las cerezas necesitan soportar viajes en barcos que se extienden entre 35 a 40 días.

Por esta razón, el grupo de Genómica del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) lleva tres años estudiando el desarrollo de las yemas florales del cerezo, con especial interés en los procesos de inducción y organogénesis floral.

El líder del grupo de Genómica del CEAF, Dr. Rubén Almada, explicó que en la primera etapa del desarrollo reproductivo de los árboles de cerezo “es fundamental la ‘construcción’ de la calidad de la fruta y de la productividad de los huertos”.

“Es importante resaltar que la calidad del fruto del cerezo se comienza a ‘construir’ casi un año antes de la cosecha y por ello es clave los manejos agronómicos que se realicen en el huerto para disminuir el impacto de estreses medioambientales en el crecimiento de los árboles de este frutal”, resaltó Almada.

Entre los problemas que ocasionan estas anomalías, el experto especificó que los frutos “dobles” y frutos con “hijo” pueden no ser cosechados en los huertos, reduciendo la productividad o ser eliminados durante el proceso de selección en las empresas de “packing”, o los frutos con “sutura profunda” podrían reducir el precio en el mercado y disminuir la vida postcosecha de la fruta.

Los experimentos en el CEAF han identificado que cuando las yemas florales son expuestas a altas temperaturas, en condiciones semicontroladas que emulan una de las consecuencias del cambio climático global, durante el periodo de inducción y organogénesis floral, se generan frutos dobles, pero también otras alteraciones de los órganos florales que reducen la calidad de la flor e impactan negativamente en la viabilidad y germinación del polen. “Esto último puede disminuir la tasa de polinización de las flores, la cuaja de los frutos y la productividad del huerto”, precisó Almada.

El grupo de Genómica también está trabajando en la generación de un calendario del desarrollo de yemas florales de diferentes variedades de cerezo, que estará disponible para que los agricultores puedan tomar decisiones de manejo agronómico sobre una base científica, con el fin de que los avances se puedan aplicar en los campos chilenos y tengan un impacto en las producción y comercialización.

Asimismo, adelantó que buscarán implementar ensayos de campo con las tecnologías novedosas desarrolladas en CEAF para analizar si éstas son eficientes en disminuir la incidencia de “frutos dobles, con hijo y sutura profunda”.

“Invitamos a los productores de cerezo que deseen participar en proyectos de I+D que se acerquen a nuestro Centro para diseñar en conjunto estrategias que permitan un mutuo beneficio y mejorar la calidad de la cereza producida en la zona Central de Chile”, concluye Almada.