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Las nuevas generaciones despiertan sus ahorros: MY WAY, la proptech que democratiza la inversión inmobiliaria en Chile

Las nuevas generaciones despiertan sus ahorros: MY WAY, la proptech que democratiza la inversión inmobiliaria en Chile
MYWAY

En un mundo donde la inmediatez, la transparencia y la rentabilidad ya no son opcionales, una nueva generación de inversionistas está tomando el control de su futuro financiero. Lejos quedaron los tiempos en que los ahorros dormían en depósitos a plazo o fondos mutuos de rendimiento plano.

Hoy, jóvenes profesionales y adultos en búsqueda de mayor rentabilidad encuentran en la tecnología un aliado para hacer que su dinero crezca.

Y es en este contexto que nace MY WAY, una plataforma de crowdfunding inmobiliario con ADN chileno y una promesa clara: invertir en ladrillos, desde el celular, con respaldo real.

La era de la inversión simple y poderosa

MY WAY no es solo otra startup tech en el mundo de las inversiones. Es una proptech con una diferencia estructural que la posiciona por encima de otras plataformas: detrás de ella está el respaldo del Gestor inmobiliario con más de 25 años de experiencia y más de 1.850 viviendas construidas en Chile —Grupo LEÓN—, lo que garantiza que cada proyecto tenga una evaluación profesional, una ejecución impecable y una promesa de rentabilidad bien fundamentada.

La plataforma, que opera bajo la regulación de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) bajo la Ley N°21.521, permite invertir en proyectos inmobiliarios desde tan solo $500.000.

Pero no es solo el bajo ticket lo que llama la atención. Es la posibilidad de participar en proyectos con retornos estimados de hasta UF +30% en plazos de 2 a 3 años, accediendo a la misma rentabilidad que antes estaba reservada para grandes patrimonios.

Una revolución accesible, no teórica

A diferencia de fondos tradicionales o promesas rimbombantes sin sustento, MY WAY no ofrece humo. Ofrece participación real, contratos claros y un modelo legal transparente.

Cada inversión se realiza a través de un contrato tipo SAFE, que da derecho futuro a acciones o a un retorno pactado, según el modelo del proyecto.

Todo gestionado bajo una arquitectura legal robusta y un modelo fiduciario con cuentas separadas, custodia segura y respaldo operativo por parte de una Administradora General de Inversiones.

Pero más allá de la estructura, lo que destaca es la experiencia. Como dice su claim: “El camino no se encuentra, se construye”. Y en MY WAY ese camino se construye junto a sus inversionistas, paso a paso, con información clara, acompañamiento real y una comunidad que va creciendo con cada proyecto. La confianza no se dice, se muestra

Cada proyecto en MY WAY incluye información detallada sobre rentabilidad esperada, riesgos, plazos y garantías.

Además, el equipo de evaluación y publicación es independiente del desarrollador, asegurando que la viabilidad y rentabilidad estén validadas de forma objetiva.

Incluso en los proyectos desarrollados por el Gestor (Grupo LEÓN), se aplican criterios de due diligence con auditores externos, mitigando posibles conflictos de interés.

Una plataforma hecha para quienes ya no creen en corbatas, pero sí en cifras

MY WAY nace con una mentalidad rebelde, pero con los pies bien puestos en la tierra.

Su propuesta no es solo financiera, es cultural. Busca devolver el control al inversionista común, cansado de ser un número más en un banco. “Somos una marca que no viene desde la teoría, sino desde la experiencia”, explican sus fundadores.

La plataforma no solo facilita inversiones, sino que también educa a su comunidad, crea contenido didáctico, y lanza cada nuevo proyecto con un enfoque de transparencia total: en vivo, a través de YouTube, con preguntas abiertas y sin letra chica.

¿El futuro de la inversión inmobiliaria? Ya está aquí, y se llama MY WAY. En un ecosistema donde la confianza se gana con hechos, MY WAY está marcando un antes y un después.

No es casual que haya captado la atención de medios, inversionistas emergentes y profesionales que ven en esta plataforma una alternativa tangible y segura para multiplicar sus ahorros.

Y lo más importante: una forma de ser parte de un negocio que antes parecía inalcanzable. Porque el futuro ya no se construye con ladrillos y corbatas. Se construye con clics, transparencia y comunidad.

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