Fiestas Patrias ofrece la oportunidad de descansar, pasarlo bien, compartir tiempo en familia y, disfrutar de las bondades de la cocina y bebidas chilenas.
Y cada uno de estos momentos, por lo general, los vivimos con un vaso o una copa en la mano.
Porque septiembre es un mes de celebración y consumo de mucho alcohol, siendo el Terremoto (pipeño, helado de piña y granadina) uno de los tragos estrellas de estos festejos.
Ahora, si eres de las personas que les gusta degustar una copa de alguna bebida alcohólica, es importante que sepas algunas cosas a priori a partir de una nueva celebración de Fiestas Patrias.
Magdalena de Quevedo, nutricionista y CEO y directora de Clínica Acorpus, especializada en medicina estética y cirugía ambulatoria, explica las desventajas del consumo de alcohol.
“Los tragos con alcohol solo nos aportan azúcares y calorías”, señaló.
Esto genera, “no solo una posible subida de peso, cuando no nos medimos, sino que, además, generándonos deshidratación e inflamación”.
Además, “pueden generarnos resequedad de la piel, haciendo más visibles las líneas de expresión”.
“Es importante recalcar que, el consumo de alcohol no nos entrega ningún tipo de nutriente, por ende, es totalmente evitable”, sostuvo.
“Ahora, si se va a consumir alcohol, debemos preocuparnos de tomar agua, para controlar la deshidratación”.
“También está la posibilidad de elegir tragos que sean algo menos calóricos, como lo puede ser una copa de espumante o de vino tinto”, agregó la especialista.
Más allá de las calorías en Fiestas Patrias
El alcohol genera otros efectos en nuestro metabolismo que es importante recalcar y que van más allá de generarnos una posible subida de peso.
“Cuando consumes alcohol, el hígado tiene la función de oxidación, cuyo propósito es eliminar esta sustancia de la sangre, evitando que se acumule y destruya células y órganos vitales”, señala la especialista.
Pero el hígado solo tiene la capacidad de metabolizar una cierta cantidad de alcohol por hora.
“Por otro lado, está comprobado que consumir alcohol, de manera frecuente, puede generar trastornos del sueño, mal humor y hasta falta de concentración”, explicó Magdalena.
Y, eso no es todo, existen estudios que relacionan el consumo excesivo de alcohol con daños a nivel de neuronas en el sistema nervioso central, lo que puede detonar ansiedad, depresión, y otro tipo de problemas de salud mental.
“Hay más, el alcohol también interfiere negativamente con nuestro sistema inmunológico, ya que impide que existan suficientes glóbulos blancos para combatir gérmenes y bacterias”, concluyó.