2019 será recordado como uno de los peores años en la historia de la Universidad de Chile. En lo que respecta a lo deportivo, los azules lidiaron constantemente con la rotación de técnicos, la irregularidad y la amenaza del descenso. Es más: de no haber sido por la suspensión del Campeonato Nacional debido a la crisis política-social que afecta a Chile desde el 18 de octubre, el desenlace habría sido catastrófico.
Por esa razón, y para no repetir malos ratos, ya trabajan en la conformación del plantel 2020 para pelear, ya sea la permanencia o el título y la clasificación a torneos internacionales. Sin embargo, también quieren evitar otro bochorno que se ha repetido en las dos últimas temporadas: la fuga de los refuerzos.
Esta temporada llegaron 13 jugadores al Centro Deportivo Azul de los cuales sólo seis siguen en el club: Augusto Barrios, Diego Carrasco, Matías Campos López, Jimmy Martínez y Osvaldo González. Algunos de ellos deberán revisar sus situaciones para ver su continuidad de cara al próximo año.
En tanto, los ocho restantes ya no están: Lucas Aveldaño, Sergio Vittor, Matías Campos Toro, Nicolás Oroz, Pablo Parra, Gabriel Torres, Marcos Riquelme y Leonardo Fernández.
“Pela”, por ejemplo, no cumplió la cláusula impuesta en su contrato de disputar el 80% de los minutos en el Campeonato Nacional 2019 y no se le extendió el vínculo, al igual que el atacante que llegó bajo la conducción de Alfredo Arias. “Chino” Vittor partió a Banfield a mitad de temporada, al igual que el lateral izquierdo que recaló en Wanderers. Oroz regresó a Racing Club, Parra a Cobreloa y el uruguayo a Tigres de México dado el altísimo valor de su pase (US$ 8 millones).
Gabriel Torres, en tanto, salió a mitad de año al Independiente del Valle de Ecuador, donde se convirtió en figura y ganó la Copa Sudamericana.