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Hace poco más de un mes, el pasado 10 de julio, Novak Djokovic se consagró por séptima vez en Wimbledon. Sin embargo, el serbio no sumó puntos debido a la negativa de la organización de que participaran tenistas rusos y bielorrusos.

Nole tampoco sumó puntos en el Abierto de Australia, aunque en aquella ocasión no participó porque fue deportado por las autoridades del país debido a su negativa a vacunarse contra el Covid-19.

A una situación similar se expone en Estados Unidos, donde su participación en el US Open, tercer Grand Slam de la temporada, aún no está confirmada. Djokovic mantiene su negativa a inocularse, por lo que no podría ingresar al país norteamericano.

El ganador de 21 Grand Slam se mantiene entrenando en Montenegro a la espera de saber si podrá viajar a Nueva York para estar presente en el Open de EE.UU. Nole esperará hasta el jueves, día en que se realizará el sorteo, para confirmar su presencia o finalmente ausentarse, tal como lo hizo en Montreal y Cincinnati.

A solo una semana para que arranque la competición, el tiempo corre en su contra, aunque él no pierde las esperanzas. “Si tengo permiso, estaré allí”, dijo. Su entrenador Goran Ivanisevic, por el contrario, no es tan optimista. “No tengo ninguna esperanza”, afirmó.

De confirmarse su baja en el US Open, Djokovic volverá a las competencias el próximo 14 de septiembre en la fase de grupos de la Copa Davis contra España. De ahí en adelante intentará estar en la cita de maestros (Turín, 13 al 20 de noviembre). Sin embargo, no tendrá muchos más torneos para sumar puntos, puesto que se canceló la gira por China y solo le quedaría un Masters 1000, el de París-Bercy en noviembre.

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