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Federico Valdés, ex presidente de Azul Azul, se refirió a la crisis deportiva e institucional que atraviesa Universidad de Chile. El otrora mandamás de la concesionaria, además, sostuvo que no tiene asidero que la Casa de Estudios intervenga en el club.

“El problema de la U es principalmente deportivo, y es muy complicado. El equipo tiene solo chispazos de buen fútbol, eso no es suficiente para estar tranquilos al mirar la tabla y los compromisos que nos quedan. Creo que nos vamos a salvar porque, aunque frágil, nuestro equipo es superior a los demás involucrados en la pelea por el descenso. Estuve en el Estadio Nacional esa calurosa tarde de enero de 1989 cuando se dio una combinación de resultados imposibles, incluida nuestra incapacidad de derrotar a Cobresal. Así es que sé que eso puede ocurrir. Y el año pasado estuvimos a pocos minutos de la debacle. Los problemas institucionales son, a mi juicio, solucionables”, dijo en conversación con El Mercurio.

Respecto a las comparaciones con sus período, Valdés sostuvo que “no sé exactamente cómo se gestiona Azul Azul actualmente, así es que no puedo opinar con conocimiento cabal. Sin embargo, puedo decir que en esos años lo que hicimos fue contratar a los mejores gerentes del mercado, empoderarlos en su ámbito de acción y establecimos un proceso de toma de decisiones en la contratación de jugadores, que tuvo errores, sobre todo al comienzo, pero que con el tiempo resultó muy exitoso”.

“Los resultados deportivos que estamos viendo dejan claro que la configuración del plantel estuvo llena de errores, hubo un mal proceso de toma de decisiones en las contrataciones. Lo aconsejable es rediseñarlo. No creo en las recetas infalibles en una actividad tan compleja y con tantos imponderables como esta, pero debería involucrar a varias personas con opiniones independientes, de modo de minimizar la probabilidad de equivocarse por los ángulos ciegos que todos tenemos. Los controladores de Azul Azul son gente de negocios y deben haber enfrentado este tipo de problemas anteriormente en otras actividades. Si un proceso lleva sistemáticamente a malas decisiones, hay que cambiarlo. No hay mucho misterio en eso”, añadió.

“Pensar que se puede dejar la decisión de las contrataciones a una sola persona o a un par de personas, por muchos conocimientos que puedan tener en la materia, es riesgoso. Y en el fútbol tomar esos riesgos se paga caro. Estuve cinco años de presidente y nunca me tocó conocer al dirigente o al experto que se las sabía todas. Ni en Chile, ni en el extranjero… Nosotros conseguimos los mayores éxitos de la U realizando las contrataciones mediante un proceso colegiado, en el que interveníamos un grupo de personas”, continuó.

Por último, se mostró contrario a que la Casa de Estudios intervenga en la concesionaria de Azul Azul. “La idea de que la casa de estudios intervenga en Azul Azul, más allá del nombramiento de sus dos directores, no tiene asidero. Y no es bueno trabajar sobre la base de ideas que no tienen buen sustento, porque son inconducentes. El contrato entre la Universidad de Chile y Azul Azul está bien estructurado y ha sido respetado a cabalidad, hasta donde yo he podido observar. Si hay alguien que tiene antecedentes concretos de que no ha sido así, debería ponerlos sobre la mesa ya. Además, la naturaleza de la actividad académica no puede estar más lejos de la de un club de fútbol profesional. Lo sé probablemente mejor que nadie, porque he sido rector de la Universidad del Desarrollo por 11 años y fui presidente de la U por cinco. Por algo en su momento se creó la Corfuch, para que la universidad pudiera desligarse de responsabilidades que le son totalmente ajenas”, cerró.

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