Agencia Uno
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El Banco Central de Chile publicó este miércoles el Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo de 2022, en el que destaca que la inflación y sus perspectivas de corto plazo han continuado al alza, anticipando niveles cercanos a 10% para mediados de este año.

Asimismo, que esta mayor inflación sigue respondiendo, principalmente, al excesivo incremento del gasto de los últimos trimestres, lo que está teniendo efectos significativos en las familias. Este impacto se ha acentuado en un escenario de importantes presiones de costos, las que han vuelto a aumentar a causa del shock sobre los precios de las materias primas provocado por la invasión de Rusia a Ucrania.

El Informe indica que resolver los desequilibrios que acumuló la economía en los últimos trimestres es vital para la convergencia de la inflación a la meta de 3%, siendo fundamental el ajuste del impulso fiscal y monetario, entre otros. Coherente con esto, y con un escenario externo menos favorable tras el significativo crecimiento de 2021, la economía se expandirá a tasas bajo su potencial en 2022 y 2023, con contracciones del consumo privado y la inversión.

Así, el escenario central de proyección considera que en la última parte de 2022 la inflación comenzará a converger a la meta en el horizonte de dos años. El Consejo ha ajustado rápidamente la TPM hasta ubicarla en un nivel contractivo, necesario para contribuir al cierre de la brecha de actividad. Además, estima que, de darse los supuestos del escenario central, estos aumentos serían menores que los realizados en los últimos trimestres.

El Informe estima que la economía crecerá entre 1% y 2% este año, y entre -0,25% y 0,75% en 2023, mientras que en 2024 se expandiría en torno a su potencial, entre 2,25% y 3,25%. Es importante notar que estas estimaciones difieren significativamente de las expectativas privadas —la mediana de la Encuesta de Expectativas Económicas y Consensus Forecast, ambos de marzo de 2022—, las que suponen que tanto el consumo como la inversión seguirán expandiéndose en 2022 y 2023, y que el aumento del PIB se ubicará por sobre el límite superior del rango previsto para cada año.

“Los datos de fines de 2021 y comienzos de 2022 apuntan a que la economía ya estaría en una senda de reducción de los elevados niveles de gasto del año pasado, proceso que está ocurriendo a una velocidad algo más rápida que lo previsto“, analiza el comunicado del Banco Central.

El nivel de gasto en consumo privado, particularmente en durables, descendió durante el último trimestre de 2021, lo mismo que la actividad del comercio. Esto último se extendió a inicios de 2022. Indicadores adelantados del primer trimestre, como las ventas con boletas electrónicas y las importaciones, también muestran un descenso respecto de los altos niveles del año pasado.

El Informe proyecta que el consumo privado y la formación bruta de capital fijo (FBCF) se contraerán durante el bienio 2022-2023. En el caso del consumo, será clave la elevada base de comparación, el descenso de la liquidez acumulada en los últimos trimestres —parte de la cual se ha destinado a ahorro— y la menor disponibilidad de crédito. En la FBCF jugarán un rol fundamental las condiciones financieras más estrechas y la persistencia de una mayor incertidumbre.

Inflación

“La inflación ha seguido aumentando, acercándose a 8% anual. Todos los componentes del IPC mostraron variaciones anuales al alza, destacando el rápido aumento del IPC subyacente de bienes, que pasó de alrededor de 5% a mediados de 2021 a cifras en torno a 9% a inicios de 2022. En los servicios se observa una variación anual menor, cercana a 5%, explicada por el congelamiento de varias tarifas reguladas en los últimos años y los rezagos en el ajuste de los precios indexados”, indica el Banco Central.

Para el escenario próximo, se señala que “la inflación anual del IPC tendrá un rápido descenso a partir de la última parte de 2022, ubicándose en torno a 3% para comienzos de 2024. El descenso de la inflación se verá intensificado por un retroceso en los precios de la energía y algunos alimentos. La inflación subyacente, en cambio, tendrá una reducción más pausada, más influida por la reversión de la brecha de actividad. Con todo, también se situará en torno a 3% para inicios de 2024″.

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