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ministro furcheAún si el gigante asiático crece a un menor ritmo, la autoridad estima que sus importaciones de alimentos continuarán subiendo.

Hace unos días, el ministro de Agricultura, Carlos Furche, retornó al país luego de visitar Asia y trajo buenas noticias para los productores agrícolas: se oficializó la apertura del mercado para las cerezas chilenas en Corea del Sur y se firmó un protocolo para enviar nueces con cáscara a China, además de concretar otros avances en materia de comercio electrónico y transporte con el gigante asiático.

Y es que para la autoridad, la inserción internacional de la agricultura chilena es una prioridad, ya que es el motor principal para el desarrollo del sector. “En ese sentido, lo que hagamos respecto de Asia probablemente va a marcar el destino del sector agroalimentario chileno en los próximos años”, plantea.

¿El mercado asiático será el foco para potenciar las exportaciones agroalimentarias este año?

– En Asia, sin duda, están las mejores oportunidades, los mercados más dinámicos. Las exportaciones chilenas a China crecen -tanto en valor como en volumen- más que en cualquier otro mercado, más que en Estados Unidos, más que en la Unión Europea, más que en los emergentes de América Latina. Y, en consecuencia, si uno lo quiere mirar en una perspectiva de mediano y largo plazo, hay que concentrar los esfuerzos en China porque allí es donde están las mejores posibilidades.

En los mercados internacionales hay preocupación por el real ritmo de crecimiento de China. ¿Eso a usted no le inquieta?

– Sin perjuicio que China crezca a un nivel relativamente menor en relación al pasado, de todas maneras es una tasa muy alta. Y lo que está claro es que sus importaciones de alimentos siguen subiendo y ahí están las oportunidades para nosotros. Más allá de si China está creciendo al 7% o al 6%, lo relevante es cómo nosotros somos capaces de insertarnos en esa dinámica; y creo que, hasta ahora, lo hemos hecho bien, pero lo podemos hacer mejor.

Por el lado del cobre estamos resintiendo el cambio del modelo económico en China, pero está beneficiando a los envíos de alimentos.

– De eso no cabe ninguna duda. Por ejemplo, las cifras preliminares muestran que el año 2015 nuestras exportaciones de productos agrícolas crecieron entre 4% y 5% y las pecuarias crecieron 50%; aquí efectivamente hay un espacio gigantesco.

Y desde el año 2014 en adelante hemos abierto oportunidades de manera efectiva, porque se resolvieron temas regulatorios que en la práctica impedían el acceso de ciertos productos chilenos a China; se ha abierto primero el acceso a las nueces sin cáscara y ahora con cáscara, que significan el grueso del comercio internacional de este producto y abre una gran oportunidad.

Una relación “fructífera”

¿Cuál es el balance que hace de la situación actual de nuestros envíos a China?

– El fenómeno de las exportaciones de cereza ya es conocido: China es el mercado más importante, 35% de esas exportaciones van a ese país. Se abrió el mercado para las carnes bovinas y también para el ganado bovino en pie. De hecho, las exportaciones de ganado en pie llegaron a US$ 35 millones al año 2015, se exportaron 20 mil vaquillas y estamos en la fase final para calificar a los nectarines como aptos para ingresar al mercado chino.

¿En qué consiste la ampliación del protocolo electrónico firmado recientemente?

– El convenio estaba para las uvas y para las carnes de cerdo y ahora está vigente para todas nuestras exportaciones. Esto significa ahorrar costos y también una mayor agilidad, facilitación de comercio y mejor control, ya que pondrá más dificultades a la falsificación de certificados, lo que dará seguridad a ambos países.

También firmamos un convenio muy importante que permitirá la exportación de transporte de la fruta en bodega.

¿Por qué es importante?

– Actualmente, todos los envíos tienen que ser en containers. A partir de ahora, quedan habilitados para ser transportados en bodegas, en palets dentro de la bodega y esto significa una reducción de costos para nuestros exportadores. Era algo a lo cual se aspiraba desde hace mucho tiempo.

Es importante recalcar todos estos avances porque en Chile, a veces, se pierde la perspectiva de las cosas, porque el hecho de que China tenga interés en el desarrollo agrícola de Chile; confianza muy marcada en sus instituciones; la sensibilidad desde el punto de vista político-institucional para acoger una agenda de trabajo ambiciosa; todo eso, la verdad no es tan obvio.

¿En qué se fundamenta el interés de China por estrechar los lazos comerciales con Chile?

– Tiene que ver efectivamente con una valoración, con una historia, con un trabajo. Este año se cumplen 10 años de la vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Chile y China y claramente es uno de los acuerdos comerciales más exitosos de todos los que nuestro país ha firmado. Y en China también hay una evaluación muy positiva de su relación comercial con Chile. China es el primer socio comercial de Chile y en términos de valor de las exportaciones chinas, el primer mercado en América lo tiene Brasil y luego Chile. Entonces, también para ellos ha sido un tratado de libre comercio muy exitoso.

¿Hacia dónde se dirigirán los esfuerzos en el futuro?

– En nuestra visita a China firmamos el compromiso de una agenda de trabajo para los próximos dos años (2016 – 2017). Nuestra contraparte ya tiene definida sus prioridades en un par de frutas, dátiles frescos y otros.

Chile tiene que definir en el corto plazo cuáles son sus prioridades, lo que actualmente está en conversaciones con el SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) y el sector privado, y a la brevedad habrá que identificar dónde ponemos el foco.

Desde el punto de vista arancelario, ya no queda prácticamente nada pendiente con China, son temas regulatorios propios del comercio de los alimentos los que hay que resolver. Y, de todas maneras, es bueno tener presente que también hay un compromiso de los dos países para profundizar aún más el acuerdo en una negociación que seguramente se hará en el transcurso de este año, pero del punto de vista del comercio de bienes está prácticamente el 100% del universo arancelario abierto y es muy poco lo que falta.

Código de aguas y nuevo DL 701: Cambios “indispensables”

El Ministerio de Agricultura tiene dos proyectos pendientes que conllevan importantes cambios: la reforma al Código de Aguas y la creación del Servicio Nacional Forestal para reemplazar el DL 701 de subsidio a las forestales. Dos iniciativas que han recibido fuertes críticas del sector privado, pero que para Furche son “indispensables” para la realidad actual del país. “Uno puede tener discrepancias y es legítimo. La única condición es que esas discrepancias se mantengan en un marco de respeto y ojalá con la mejor fundamentación y argumentación posible buscando llegar a acuerdos”, recalca el secretario de Estado.

Frente a los cuestionamientos de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), que postula que algunas de las indicaciones ingresadas al proyecto del Código de Aguas son inconstitucionales, la autoridad es clara: quien define eso es el Tribunal Constitucional, no el gobierno ni la SNA. “El Ejecutivo obviamente envió un artículo sustitutivo asumiendo que lo hacía en el marco de las atribuciones constitucionales que se establecen. Si alguien piensa distinto, tiene los canales institucionales para recurrir, pero no corresponde que discutamos previamente. Dejemos que las cosas se diriman donde corresponde”, plantea.

Otra de las prioridades, dice el ministro, es cambiar el estatus jurídico de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) para transformarlo en un servicio público en regla, lo que permitirá ejecutar políticas públicas que no estén ligadas al DL 701, que claramente no se aplica a la realidad actual del sector forestal. “El 701 no tiene la importancia que tuvo hace 30 años sin duda y por eso es que la prioridad en mi opinión tiene que estar puesta en el Servicio Nacional Forestal”, recalca.

Actualmente, la cartera está trabajando en conjunto con la Secretaría General de la Presidencia y la Dirección de Presupuestos para afinar el proyecto. El Consejo de Política Forestal -creado a comienzos de 2015- también apoya de forma unánime la iniciativa.

A esto se suma la labor realizada con el personal de Conaf, ya que en los proyectos previos la piedra de tope ha sido la transición de los empleados que se rigen por el Código del Trabajo al pertenecer al mundo privado a la regla del servicio público, que implica un estatus administrativo. La idea sería que mantuvieran el régimen privado. “No quiero decir que están resueltos todos los detalles, pero ese era el principal y sí lo está. Ahora, el proyecto tiene mejores posibilidades de éxito”, concluye.

Fuente: Portal del Campo

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